Pon en una cajita todas las cosas que no te gustan de mí, como ese extraño sueño de justicia social y mi incapacidad de producir bienes o servicios comercializables. Olvídate de las cosas que sí te gustan de mí, como la pasión por viajar y comer y esas cosas bonitas. Súmale el "no" del otro día. Mezcla todo, vuelve a abrir la cajita y decide si quieres volver a hablar conmigo. Yo, mientras tanto, escribiré 200 planas de "no me arrepiento de nada, pero prometo no volver a resucitar historias que
ya estaban cerradas".
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