domingo, septiembre 11, 2005

maravillas

Comer en La Catrina es también un exceso... y una delicia... mmmmm.
Escapar de la lluvia es divertido.
Ver que llueve intensamente con el sol en todo su esplendor es hermoso.
Tres maravillas que no tienen precio.

Bueno, la cuenta de La Catrina sí tiene precio, je je.
Suspender el domingo de consumismo por tener demasiado trabajo pendiente, eso sí es feo.

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