I.
El lunes, el trabajo de campo me llevó a una comuna. Más allá de los datos obtenidos, la experiencia fue dura, significó encontrarme frente a una lógica de vida cotidiana muy distinta a la mía. Y el encuentro con la diferencia obliga siempre a cuestionar lo que hay de este lado. Algo que no me resultaba tan evidente hasta que estuve ahí fue mi apego a las cosas.
II.
El martes fui a ver a Jorge Drexler en el Foro del Lago. El concierto fue maravilloso. Regresé a casa tarareando todas las canciones que cantó y alguna que otra que no entró en el repertorio. La canción que más he tarareado en estos días fue ésa que dice: "hay tantas cosas, yo sólo preciso dos, mi guitarra y vos, mi guitarra y vos". Cosas, cosas por doquier.
III.
Hoy jueves, en un descuido, perdí mi celular. Tardé varias horas en darme cuenta, pero cuando lo hice casi entré en pánico. Es increíble la cantidad de preguntas que se acumula cuando una pierde un objeto tan cotidiano y tan personal que, al final de cuentas, es una simple cosa. Chanfle, yo quería dejar poco a poco mi apego a las cosas, pero no así.
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