miércoles, febrero 29, 2012
combo mágico
jueves, febrero 23, 2012
de la pasión por comunicar
Hace algunos días estuve en la conferencia que dio la gente de Marabunta en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. He de decir que no creo en Iniciativa México, pero también he de confesar que sí creo en Marabunta y en su lucha por cambiar las cosas desde otra lógica. Puedo decir mucho sobre el grupo, sobre Miguel y sus chavos y sobre el mensaje que trajeron a estudiantes universitarios que están a punto de comenzar su servicio social y que, en la mayoría de los casos, han estado ajenos a las problemáticas de marginación que para ese colectivo son cotidianas. Sin embargo, este post se ha inspirado en una pequeña parte de tal mensaje: se exhortó a los jóvenes a elegir el proyecto de servicio social, no por la facilidad o la cercanía, sino por la posibilidad de ayudar a transformar la realidad de los otros, sobre todo de los más necesitados, lo cual, a su vez, termina por transformar la realidad de uno como prestador del servicio. Eso me hizo clic. En mis tiempos de estudiante universitaria elegí prestar el servicio en Radio Universidad, no por lo fácil, no por lo cerca, no por ayudar, simplemente porque me llamaba la atención. En el camino, encontré mucho más de lo que buscaba, el equipo de Radio en la era del señor Dávila contagió a muchos la pasión por la radio y por el trabajo bien hecho, ahí aprendí a trabajar con libertad y a dar voz a quienes no solían tenerla en otros medios, sin saberlo fui desarrollando cierta capacidad crítica, en fin. De ese tiempo conservo maravillosos recuerdos, sobre todo conservo un gran amigo que entonces fue mi jefe. Radio ha cambiado, la gente de entonces hace años que no está, pero la huella que esa pasión por comunicar ha dejado en la sociedad es enorme... y la manera en que esos meses de servicio social transformaron mi vida no es un asunto menor.
sábado, febrero 18, 2012
más inteligentes de lo que aparentan
1) Mi bonito celular luchó durante horas para no dejar salir ciertos tuits... no una ni dos veces, sino tres. ¿Qué hice? Volverlos a enviar. ¿Qué ocurrió? Fueron malinterpretados.
2) Justo cuando me estaba enterando de cosas que tal vez no debí enterarme, se acabó la batería. ¡Aplausos!
3) Justo cuando conecté el celular y recuperé el hilo del chisme, vino la venganza del celular: unos DMs se filtraron al timeline y no sé aún qué consecuencias habrá.
Nueva hipótesis: El celular no es sólo inteligente, también es perverso.