domingo, diciembre 31, 2017

Dosmildiecisiete

Dejé de hacer propósitos de año nuevo desde 1997, porque pensé (y pienso) que los ciclos de la vida no dependen de las fechas en los calendarios. Sin embargo, siempre me ha gustado escribir recuentos. De hecho, desde 2005 he escrito recuentos en este bonito blog. Hoy regresé a leerlos todos y me dio gusto ver los cambios con cierta distancia. Cuando escribí tal o cual cosa, no sabía lo que vendría después, pero desde este punto miro atrás y creo entender cómo se han ido conectando unas cosas con otras, tanto en términos de mi propia vida como del contexto global.

2017 fue un año muy intenso y satisfactorio en muchos sentidos. Entre lo más relevante de mi año está que gané un premio por mi tesis doctoral y tuve que hacer un viaje relámpago a Valparaíso, Chile, para recibirlo. Fue un año de muchas satisfacciones profesionales, muchas. En ese sentido, el trabajo fue más que bien, aunque me absorbió más de lo necesario. Como sea, es un privilegio poder trabajar en algo que uno ama, con gente que uno aprecia y ése es mi caso.

En algún momento del año, supe que ya me había adaptado a León, mi ciudad de residencia desde agosto de 2016. Caí en la cuenta cuando comencé a comprar cositas para el depa y ya tenía lista de restaurantes favoritos, cuando entendí que mi círculo de amigos (y no sólo amigos) se amplió, cuando alguien se coló en mi vida cotidiana (y espero que no salga de ella) y se volvió tan simple pasar las pocas horas libres bobeando... lo único que falta es que cambie mi credencial de elector, cosa que haré en los próximos días.

Este año, o más bien, el semestre más reciente, decidí hacer un par de cosas para volver a ser la que fui sin renunciar a la que soy (dicho de otro modo, me gusta mucho la mujer que soy ahora, pero extraño muchas cosas de la que he sido antes): regresé a estudiar francés y canto. Las razones son muchas: soy una eterna estudiante y siempre tengo la necesidad de estudiar algo, amo el francés (aunque lo hable mal) y la música (aunque no me haya dedicado a ello), volver a clases significó regresar a algo que amo, ir a clases implicó obligarme a respetar tiempos para mí y no llenarlo todo de trabajo y vida social.

Aunque amo el cine, no fui tanto como de costumbre. De lo que logré ver, las películas que me resultaron más significativas fueron Wonder Woman y Your Name. Quienes me conocen saben que me encantan las historias de superhéroes, Wonder Woman me pareció increíble como tal, pero también como película más allá de los mundos de fantasía. Por supuesto, me encantó la fuerza de un personaje con el que me identifiqué de niña, pero que había dejado en el olvido. Todas las niñas deberían ver esta versión. Quienes me conocen también saben que no soy fan de las historias de adolescentes, pero Your Name es tan bonita, tan compleja, tan triste, tan profunda, tan todo a la vez, que me impactó. De hecho, parte de su banda sonora se instaló en mi mentecilla... y en mis playlists de Spotify, claro.

Por cierto, de acuerdo con el recuento de Spotify, escuché 108555 minutos de música, 5328 canciones diferentes, de 58 géneros musicales. Lo que más escuché fue de Ramin Djawadi, ha de ser porque mi playlist "Banda sonora para calificar" se compone de harta música de Game of Thrones. Por supuesto, mi canción del año es "Somewhere only we know". Ésa canté en mi presentación de canto. Ésa resume mucho de lo que viví este año.

De acuerdo con mis propias notas, este año hubo 16 aviones, pero perdí la cuenta de los viajes en autobús y Bla Bla Car. Estuve en San Luis Potosí (allá empecé el año, de hecho), la Ciudad de México (fui cuatro veces e hice escala seis veces en el aeropuerto), Querétaro, San Juan de los Lagos, Guanajuato, Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Minneapolis, Valparaíso (Chile), Monterrey y Oaxaca. Se agregó Santiago a la lista de ciudades de las que sólo conozco el aeropuerto. Se agregaron otros lugares a la lista de "por visitar". Veremos a dónde van mis pasos luego.

Fue un año de reencuentros con gente maravillosa y de conocer también a otra gente maravillosa. Puedo decir que soy feliz, que he sido muy afortunada muchos años.

lunes, diciembre 04, 2017

Je voudrais simplement pouvoir te regarder

No tuve ni tengo el valor para decir 80 millones de cosas. Cuando di la media vuelta, algo cambió. Después, al algoritmo de Spotify le pareció buena idea acribillarme con canciones como "La vie en rose". Quizá no sé cómo decir tantas cosas, pero esta canción lo dice mejor: "Je voudrais simplement pouvoir te regarder".