jueves, junio 30, 2011

174

Ooops, I did it again. Suena a canción de Britney, pero también suena a mi conciencia. No me gusta rechazar gente, quizá porque sé a qué sabe el rechazo, quizá porque es algo complicado, quizá porque no nos enseñan a decir "no". Pero, ¿para qué engañar y engañarse? Yo nomás no lo logro. Mientras seguía invadida por una especie de sentimiento de culpa, recibí un mail donde alguien -traicionada por la predicción de texto- me pidió que "finja como dictaminadora". Oh, por Dios, si justo ésa es mi bronca, que no sé fingir... pero con gusto fungiré como tal.

miércoles, junio 29, 2011

175

La vida es más bella cuando el menú incluye quesadillas con flor de calabaza. Qué felicidad.

martes, junio 28, 2011

176

Hay episodios de la vida que a una le encantaría alargar o recortar. Hoy, por ejemplo, me hubiera encantado alargar mi brevísima aparición en la oficina de una amiga, el chisme necesita su tiempo y su espacio, casi tanto como necesitaré para leer lo que mi amiga me prestó: La elegancia del erizo y 1Q84. Y me hubiera encantado recortar al máximo la eternidad que sentí que pasaba en medio de la burocracia, explicando con peras y manzanas cómo se arma un área común de investigación, cómo los becarios y los asistentes también necesitan(necesitamos) escritorios y cómo han pasado tantos meses con el mugre trámite atorado entre la burocracia que ya hasta descontinuaron algunas cosas que necesitábamos. No sé en qué planeta un archivo con tres hojas de Excel puede resultar tan incomprensible... seguramente en el mismo que 3+1+11+5+9+21 da un total de 4. En verdad trato de ser paciente, pero hay quienes se esfuerzan al máximo por agotar los tres nanosegundos de paciencia que logro reunir. Como sea, que nadie subestime el poder del té de manzanilla con toneladas de miel y limón.

lunes, junio 27, 2011

177

Limpiar cajones resulta terapéutico, sobre todo cuando una se encierra, empijamada, toda la tarde, con la garganta hecha pedazos. Sucede que el sábado cayó una tormenta tremenda en Agüitas (ocurrió lo no habitual por estos rumbos, hubo árboles caídos, inundaciones, caos con la electricidad, en fin) y a alguien se le ocurrió salir al patio (con una lamparita de pilas, porque la luz se había ido) a cubrir la casita del perro, para que éste no se mojara y no terminara con algo como neumonía. Sí, fue a mí. ¡Aplausos! Ahora la enferma soy yo... pero hice mi buena obra de sábado por la noche.

domingo, junio 26, 2011

178

"Porque un psicoanalista nunca entenderá el poder curativo de un vestido nuevo", decía sabiamente uno de los spots de aquella bonita campaña Soy totalmente Palacio. Sospecho que tal poder curativo es mayor, si se considera la variante "¿cómo carambas cupe en este vestido una talla menor que los de costumbre?" con corte a "me lo llevo". Qué felicidad.

sábado, junio 25, 2011

179

Este blog debería llamarse 20 maneras de hacer el oso en público. Está bien, no. Como sea, fui parte de un recital de alumnos de música, donde los más pequeños tenían alrededor de 4 añitos y los más grandes... cof cof... ¿será que yo, con 29 primaveras, era la más grande? Creo que sí. Sobra decir que yo estaba en el grupo de principiantes de solfeo, mientras que algunas criaturitas de más o menos de la tercera parte de mi edad iban en el equipo de estudiantes avanzados de violín, viola y violonchelo. Me resultó sorprendente el modo en que los niños abordaban el escenario en el recital, como si se tratara de un juego, subían felices, algunos presentaban ejercicios que parecían simples y otros interpretaban obras complejas, pero no titubeaban. Los de más de 18 llevábamos la angustia dentro y experimentábamos, en mayor o menor medida, cierto miedo de equivocarnos. En mi caso, por más que me repetí enemil veces que de nuestra presentación no dependían la democracia y la paz mundial (ésas ya están bastante jodidas, sobra decirlo), estaba tensa porque mis compañeros llegaron tarde y no alcanzamos a vocalizar, porque fueron evidentes para el público las impuntualidades y eso a mí sí que me da pena y hasta porque me sentía intimidada ante los grandes dotes musicales de los chavitos. ¿En qué momento nos convertimos en adultos y empezamos a experimentar el miedo a las equivocaciones que, creo, no tienen los más pequeños? Quizá debería hacer caso a esta canción que, por cierto, fue parte del repertorio de una alumna de chelo.


viernes, junio 24, 2011

180

En un episodio más de mi obsesión con la lluvia, he descubierto que el InTEnSO tiene nube local, ahí llovía, mientras en Tonalá había un sol esplendoroso. ¿Será que, como en Witzy Witzy araña, "salió el sol, se secó la lluvia"?

jueves, junio 23, 2011

181

No me canso de contemplar el pasto de la universidad, con dos días de lluvias ha cambiado de color, ha recuperado por fin un verde vida (¿estará el verde vida en la guía Pantone?) que hace una semana se antojaba imposible. De algún modo, la lluvia está marcando los cierres de unos ciclos y los inicios de otros... por otro lado, el saldo hasta el momento es un feo resfriado que puso en riesgo el mini-examen de solfeo. Como sea, lo presenté; tuve que repetir el ejercicio, porque se me cuatrapeó el tiempo con una corchea, pero la maestra me felicitó por la afinación. Con las ondas de rítmica no me va igual de bien, no se puede tener todo en la vida. Una de mis compañeras se puso triste porque todo iba perfecto hasta que se equivocó. Le dije que no estaba en juego la democracia y tampoco la paz mundial, que deberíamos darnos la oportunidad de equivocarnos. Me dijo que no, que para ella sí es algo importante, porque quiere estudiar en el conservatorio de... no sé de dónde, me viajé cuando dijo eso. Quizá yo veo las cosas de otro modo, porque yo fui a esa clase por hobby; o tal vez porque la vida me ha enseñado, a fuerza de trancazos, que los errores son inherentes a eso que llaman vivir y que aceptar que una se ha equivocado no significa conformarse o rendirse. Hace años, escuché a Frank decir que los inviernos también vale la pena vivirlos y que la vida no suele ser una eterna primavera. Ya perdí la cuenta de mis inviernos, primaveras, veranos y otoños emocionales (todos han valido la pena, sobra decirlo); tal vez ahora el verano de afuera coincide con un reverdecimiento de algo dentro de mí. No me canso de contemplar el pasto de la universidad, ése al que la guía Pantone no le hace justicia.

miércoles, junio 22, 2011

182

La ciudad amanece diferente cuando ha habido lluvia de por medio. El olor a tierra mojada me pone de buen humor y los nublados me gustan. Sobre todo, me hace feliz ver el cambio de color en el pasto de la universidad.

La soledad de un área de investigación, donde en algún momento éramos cuatro y luego tres y hoy sólo yo, es algo extraño, pero disfrutable. Ya se sienten las vacaciones, ni siquiera la mini-papelería abre todo el día y los baños lucen más limpios que de costumbre.

Quizá por la conjunción de todos esos factores, tuve tiempo de leer algo sobre McLuhan que no deja de sorprenderme. Quizá, por lo mismo, la tarde me rindió bastante. Y quizá también empiezo a sentir la transición. Bah, me tardé.

cosas que pasaron por mi mente mientras veía El encanto del erizo


  • Qué bonita es, en serio, qué bonita es.
  • Lo sentimentaloide, narrado de otro modo, se vuelve tan auténtico, reflexivo y agradable.
  • Las animaciones son maravillosas.
  • He de confesar que no he leído Ana Karenina.
  • Yo debería comprar más libros viejos.
  • También debería tener más tiempo para leerlos.
  • Sospecho que conozco varios erizos.
  • Quiero ir a París y que llueva mucho mucho mucho.
  • Cof cof, pero quiero salir del cine y que no esté lloviendo tanto... que el agua me espere hasta que logre llegar a casa.
  • Como Paloma, yo tampoco quiero una pecera.

martes, junio 21, 2011

183

Toneladas de ensalada, fetuccini al pesto, pizza y más pizza, un momento de relax.
Y, más tarde, helado artesanal, tormenta vil, un chocolate para quitar el frío, otra excelente conversación y El encanto del erizo... ah, sí, y más lluvia.
¿Qué más puedo pedir?

lunes, junio 20, 2011

184

Amo recuperar la calma y vagar entre los pasillos de un centro comercial como si no existiera la prisa.

domingo, junio 19, 2011

185

Odio que el día del padre casi se beatifique a los papás y se glorifiquen las ideas sobre la paternidad. A los papás se les debería valorar/festejar/disfrutar diario, cuando se tienen. Cuando han muerto, como el mío, duele mucho encontrarse con las canciones típicas para los papás que, por algún extraño motivo, son poquito menos cursis que aquéllas para las mamás (no hay un amigo gavioto, por ejemplo). Ésa de "viejo, mi querido viejo" sí logra hacerme pedacitos el corazón.

Hacer un viaje por demás cansado al infinito y más allá vale la pena, si se trata de cumplirle un caprichito cumpleañero a mamá, quizá por lo que está implícito en el párrafo inconexo anterior, porque a la gente se le frecuenta en vida; después, ¿ya pa qué?

PD: Vi Australia, de Baz Luhrman, en el camión. No me fascinó, aunque disfruté bastante algunos momentos hermosos de tan cursis, como éste. Como sea, que alguien empaque a Hugh Jackman y lo envíe a mi casa; qué guapo es, me encanta.


ser mujer

Con la novedad de que una tesis tiene un argumento científico para explicar mi postura frente a las relaciones amorosas. Sucede que mi jefa fue sinodal en un examen de grado y me reseñó la tesis doctoral en cuestión, ésta plantea que las narrativas del amor romántico contribuyen a la sumisión femenina. Las mujeres, en el intento por vivir ese amor romántico de cuento, aceptan todo tipo de cosas, ceden, aguantan, callan, para no echarlo todo a perder, para no perder el amor que con tanto esfuerzo han conseguido. Las que no estamos dispuestas a soportarlo todo, somos bichos raros. "Tú eres de vanguardia", me dijo mi jefa, "tú haces lo que quieres". Como sea, y esto ya es de mi cosecha, salirse del guión es complicado. Terminamos en la posición incómoda de las mujeres de las 58mil relaciones inconclusas e inestables y somos vistas casi como anormales, como si llegar a los 30 sin una pareja fija nos hiciera menos mujeres. Somos las inmaduras, las que no sabemos amar, las condenadas a una futura soledad aderezada con amargadez. No somos dignas de aconsejar a las amigas, ¿tendríamos alguna legitimidad para hacerlo, si cuanto hombre ha pasado por nuestras manitas se ha escurrido entre ellas cual si fuera agua? En fin, ser mujer es también es complicado, sobre todo en ciertos contextos (me acordé de un artículo de mi jefa "Ser mujer se aprende, enseña, disfruta y sufre"). Mucho daño nos han hecho los cuentos de hadas.

cosas que pasaron por mi mente mientras veía Viaje redondo


  • Los extremos se tocan. Ajá, sí.
  • Para ser tan fresa, es extraño que Fernanda se chute el viaje DF-Saltillo en coche y no en avión.
  • Quien escribió esos diálogos merece un aplauso, pero en serio.
  • Tiene razón mi jefa con su reseña de cierta tesis doctoral (que mencionaré en el próximo post) sobre las mujeres y las narrativas del amor romántico.
  • Tan bien que iba y se cae rumbo al final.
  • Cortesía de Ricardo: "¿Es Y tu mamá también versión viejas?
  • Tssssssss, tan bien que empezó y se atraviesa un final digno de telenovela.

sábado, junio 18, 2011

186

Hoy vi trabajos de Fernando Montiel Klint en dos exposiciones diferentes: Bienvenidos a la pesadilla, de la colección del MAC 8, y Muchos Méxicos, en la Ex Escuela de Cristo. Me gustó.

Vi también Viaje redondo. Confieso que el 75% de ella me gustó también, la última parte creo que le da en la torre a la primera.

Me hace feliz volver a tener un poquito de tiempo libre.

viernes, junio 17, 2011

187

Dice la canción de "un viejo amor ni se olvida ni se deja" y puede que tenga razón. Durante años he estado lejos, haciendo como que no me importa y como que, ahora que me dedico a otras cosas, no pienso ni necesito volver atrás. Una llamada me hizo regresar, mi presencia era requerida y me asomé. Al final, no fue sólo ese día, Ricardo me invitó a continuar y mágicamente soy colaboradora en Cultura en cooperacha. Y sí, mi viejo amor es el micrófono. ¿Pos qué pensaban?

Por cierto, vi por tercera vez 2046 y me volvió a fascinar. No importa que ahora me recuerde a quien no debería.


jueves, junio 16, 2011

188

A veces hago dramas ante los alcances de la musicalización de cierto cubículo vecino, como el día que un repertorio digno de la OTI osaba invadir los pasillos; a veces, la banda sonora que sale de esa puerta, me hace el día, como hoy que una versión de "Bésame mucho" en verdad me sacó una sonrisa. Lo cierto es que, llueva, truene o relampaguée, el vecino siempre está contento, de su cubículo diario sale música y en él siempre hay sonrisas y chistes. A veces se me antoja tanto ser como él.

Lo mío, lo mío, lo mío, no es el ritmo. Eso ya había quedado claro hace eternidades, cuando los ridículos "bailables" de primaria no me hacían del todo feliz y cuando me sentía bicho raro en las fiestas de secundaria (de todos modos, me encanta bailar, eso que conste). Eso ha vuelto a quedar claro en las clases de solfeo, cuando el ilustre "Rythmic rondo" deja claro que me causa problema atinarle a los tiempos y un simple ejercicio con pelotitas demuestra que conservar un ritmo medianamente regular es algo que me cuesta mucho... aunque, tras la infalible técnica del ensayo y error, lo logro.

Lo mío, lo mío, lo mío, sí es la afinación. Eso hasta a mí me sorprende cada vez que logro colocar las notas decentemente. Chale, ¿será que me equivoqué de carrera y debería dedicarme a cantar en vez de a... a... lo que sea que hago y por lo que me pagan?

Con esto finalizan mis notitas musicales de un día muy musical. Por cierto, al escribir esto, recordé a Notitas musicales, la revista que estaba de moda cuando yo era una escuincla; al googlearla, encontré que se cotiza en Mercado Libre. ¡Sorprendida estoy! Quizá deba revisar el cuarto de los tiliches, puede que conserve alguna reliquia de adolescente que pueda venderse en 50 veces su precio de origen :P

miércoles, junio 15, 2011

189

De pronto, veo la vida de otro color.

martes, junio 14, 2011

190

Cuando desperté, el nudo ya no estaba ahí. Contrario a lo que me enseñó mi papá, muchas veces me he preguntado por qué no se resuelven los problemas solos, algo como que una vaya a dormir y, al despertar, por arte de magia, el problema en cuestión haya desaparecido. Ocurrió, hoy me fui a tomar una siesta y, un trámite que estaba hecho nudo desde hace días, se resolvió.

lunes, junio 13, 2011

191

Entre las maravillas de un capítulo casi terminado y una genial clase de solfeo, aparece súbitamente una nueva llamada de auxilio de mi cuerpecillo. El diagnóstico: gastritis. 28 días de tratamiento, nuevas restricciones en cuanto a comida (perfectamente posibles de cumplir) y la recomendación de bajarle al estrés (¿cómo carajos se hace eso?).

domingo, junio 12, 2011

192

Algo se me extravió en estos años. La ilusión en torno a cierto acontecimiento se fue desdibujando de mi vida, tal vez más por la gente que estaba(está) involucrada. Vi las fotos que otros subían a Facebook, en tiempo real, ellos ahí, yo en casa divagando y resolviendo pendientes. Algo, dentro de mí, lloró.

sábado, junio 11, 2011

193

Cuando todo parece perdido, hay gente que sale de la nada y le recuerda a una que vale la pena seguir.

Discutir los proyectos con otros resulta muy productivo. Al menos, así resultó esta vez en la sesión del SPES.

Los nuevos vicios se conectan con los viejos sueños, mágicamente ahora soy fan del Musical Lite for Android y del Virtual Keyboard.

viernes, junio 10, 2011

194

El olor a pólvora, al pasar por donde hubo lo que los vecinos llaman "balacera" y los ministeriales "operativo", es terrible. Se queda impregnado en la nariz como si una siguiera ahí. Esta tarde supe a qué huele el miedo y cuánto pesa la desinformación.

jueves, junio 09, 2011

195

Vi esta película hace un rato... y me encantó.


miércoles, junio 08, 2011

196

Presenté el último examen. Terminé el nivel 1 de francés. Extrañaré a mis compañeros, a mi profesor, a la clase. Chale, me encantaría continuar y no sé si pueda.

martes, junio 07, 2011

197

Amanecí con ganas de agradecer, de ver la vida desde otra perspectiva. Siempre... o casi siempre... o, al menos, a veces... agradezco a los que están cerca, a mis amigos y familia, en fin. Casi nunca... o nunca... agradezco a los que alguna vez estuvieron y ya no tienen por qué estar. Concretamente, se me ocurrió que debería agradecer a los hombres de mi vida, a los que me han hecho sentir una princesa y a los que me han recordado que no siempre se gana... o a los que me han hecho sentir una princesa y luego me han recordado que no siempre se gana, fiu. Y también debería agradecer a la institución que me apreció cuando otras puertas se habían cerrado. No importa que las cosas hayan terminado. Existieron, sirvieron para algo, eso es lo que importa.

lunes, junio 06, 2011

198

Ya lo sabía, no soy fan de las películas que desbordan sangre, vísceras y osamentas; pero, las había soportado sin mayores problemas. Hoy no, tal vez no estaba en el mejor mood para ver, tal vez es suficiente lo que vemos en las noticias para ver más crueldad en la pantalla, tal vez es sólo que la película era muy larga, pero Pez mortal (Tsumetai nettaigyo) me alteró considerablemente.

otro mensaje teledirigido

Cuando estoy contigo, parece que el tiempo no pasa y, a la vez, que se va demasiado rápido. Por algún extraño motivo, siempre terminamos hablando del tiempo, del espacio casi nunca, no me explico por qué. Cuando veo tus ojos, sé que hay mucho que no conozco de ti, ¿habría por qué? Quizá por eso me divierte verte, porque siempre descubro algo y casi siempre es algo que me gusta. C'est la vie.

mensaje teledirigido

Cada vez que hablo de ti, algo pasa, es como si se revelara para mí una cara de la realidad que no había visto o que me había negado a ver. Quizá lo más importante de tu paso por mi vida es que me obligaste a salir de una burbuja y me llevaste a sentir de un modo distinto a como lo hago siempre. Quizá deba decirte "gracias". Gracias.

domingo, junio 05, 2011

199

El tobillo izquierdo siempre traiciona.

Cerrar ciclos es básico, Frank volvió a recordármelo.

Los tallarines son geniales, sobre todo si se acompañan con una gran conversación.

Confieso que, cuando pienso en Perú, pienso en Wendy Sulca o Las Muchachitas del Amor (lo sé, qué horrible); hoy vi una película peruana y me gustó, se llama Octubre (acá está el trailer, pero no le hace justicia).

Amo La Finca porque tienen buen café, pero también tienen todo lo que necesito cuando (como ahora) no estoy bien: leche deslactosada, té verde endulzado con miel, en fin.

Cada vez que cuento lo ocurrido, algo descubro, algo que aporta más datos, algo que me cuestiona... sobre todo, mucho que me cuestiona.

Esta cuenta regresiva ha ido más rápido de lo que puedo asimilar.

sábado, junio 04, 2011

200

Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años.
Debo dormir...

viernes, junio 03, 2011

201

Atravesé una ciudad cuatro veces en 15 horas. El cansancio se apoderó de mí, pero a cambio tuve la felicidad de sentirme de regreso a casa, conocer a mis nuevos compañeros y reencontrar a los viejos amigos.

La Estación de Lulio fue testigo de un reencuentro y del justo y necesario chisme: "no hay punto de comparación", todo el encanto de un tipo guapo se puede ir al caño cuando tiene voz de pito calabacero, hay diferencias radicales entre el "Red Bull hormonal" y el "Ritalín hormonal" y la hermana república de Tabachines era (hasta entonces) territorio desconocido.

El camino de Federalismo y Juárez al Amor Apache es divertido cuando incluye otro reencuentro y más chisme. Al final, resulta que no importa el aceite de más en la ensalada oriental y el extraño parecido entre la salsa bechamel y el aderezo. Lo que importa es regresar una y otra vez (desde dos puntos distantes) a la siempre maravillosa Guadalajara; recordar que "hay niveles" y discutir sobre los grados de amargadez y sobre las inconveniencias de asaltar cunas o asilos de ancianos. Quizá, lo más divertido fue ver sin ser vistos y descubrir misterios de las relaciones humanas, de camino a la mítica guarida en Pedro Moreno.

Lo malo es que los viajes tienen fin y que, a las 12, cual Cenicienta, esperaba la calabaza gris con azul que me llevaría de regreso a casa... sin haber perdido las zapatillas. Por cierto, ¿quién es capaz de aparecer en una reunión, en tenis verde limón y uñas azul eléctrico, mientras alguien justo en frente va de traje? Sí, yo.

En resumen: 21 horas; dos recorridos en autobús, cinco en taxi y dos en tren ligero; ene kilómetros; momentos de prisa y otros de calma y felicidad; un susto enorme (oh, sí, hombre tatuado y armado, caminaba como si nada en una calle de Zapopan, a plena luz del día); harto cansancio y, como siempre, muchas ganas de volver.

Amo regresar a Guadalajara una y otra vez.

jueves, junio 02, 2011

202

¿Cuánto tiempo hace que vivo contrarreloj?
Compromisos empalmados, pendientes míos y del trabajo en constante multiplicación, tiempo cada vez más escaso.
En fin, la cuenta regresiva ha comenzado.

miércoles, junio 01, 2011

203

Yo, que dije que debería dormir ahora lo que no dormiré en los próximos años, casi no dormí para entregar dos columnas: una que era para ayer y otra que era para hoy. ¡Aplausos!