miércoles, noviembre 30, 2011

21

Hay días que la vida no da para concentrarse. Éste ha sido uno de ellos. Puedo culpar a los nuevos vecinos, al cansancio, al que quise que fuera y no fue, a la vida, pero eso no hará que termine mañana el capítulo que debí terminar hace un mes. Hay mucho que me queda por aprender, por ejemplo, que lo urgente no le debe quitar tiempo a lo importante.

martes, noviembre 29, 2011

22

"Vine a ver quién vive aquí, porque aquí voy a vivir hasta enero", me dijo, como cuando los personajes de comedia romántica gringa chafita llegan a saludar en plan de buenos vecinos. La remodelación del edificio donde trabajo ha comenzado y, con ella, hordas de desplazados han sobrepoblado este frío lugar. A unos los recibo con gusto, a otros con susto. Quizá lo que más me asusta es que en poco tiempo, seré yo la desplazada, cuando la remodelación alcance esta ala del edificio. Damn it, olvidé preguntarle a la buena vecina si necesita una tacita de azúcar.

lunes, noviembre 28, 2011

23

Siempre digo que me gusta el frío, que disfruto los tiempos de abrigos y botas, que los gorritos son lo mío y se ven muy divertidos con mis lentes de intelectualoide, que el chocolate es maravilloso para quitar el frío y los abrazos más. Suelo decir que cuando hace frío, te cubres bien y te olvidas de él y que en el feo calor es imposible olvidarse del clima, así se encuere uno.

Retiro lo dicho o, más bien, lo replanteo. Me gusta el frío moderado, ése de cuando uno puede seguir haciendo sus vida, perfectamente enfundado en abrigos de colores y mallas térmicas. No me gusta este frío que me hace despertar temblando, caminar temblando y permanecer temblando en un cubículo con vocación de congelador.

Como sea, discutir sobre el frío y el calor pasa a segundo plano cuando se descubren presencias aun en las ausencias, cuando se reciben noticias de tierras lejanas y queda claro que cada palabra que una ha dicho quedó grabada en cierta memoria.

domingo, noviembre 27, 2011

24

Me despertó el aguanieve a las 6 de la mañana. Seguía frío y con fuertes vientos, como la noche anterior. Decidí no salir de la cama en todo el día. Benditas sean las laptops, los celulares, los edredones, los calcetines y las sudaderas (sí, sí, todo lo matapasiones). Mañana volveré al look de abrigos de colores y chamarras bonitas. En fin, bien dijo don Maus que esto no es Aguascalientes, sino Aguasfrías.

sábado, noviembre 26, 2011

25

La teoría del complot sigue vigente. Ayer era el último día para pagar la luz, el sitio de la CFE no aceptó mi pago, el CFEmático más cercano a mi casa osó estar fuera de servicio, así que tuve que ir al de Galerías. La hipótesis es que ciertas fuerzas complotearon para sacarme de casa. Todo  lo que debía hacer era pagar y regresar y, efectivamente, pagué y regresé, pero con una chamarrita, dos pantalones, unas mallas, maquillaje, bloqueador. Ash, alguien debería investigar si hay correlación alguna entre los retrasos en mi trabajo y la ropa nueva.

viernes, noviembre 25, 2011

26

Nunca había entrado a presión en el tren ligero, pero siempre hay una primera vez. Confieso que no fue mi decisión, a decir verdad, me burlé de quienes hicieron lo mismo unos minutos antes y decidí esperar el siguiente. Cuando llegó, éramos relativamente pocos los que estábamos ahí... pero no contábamos con la marabunta que llegó de la otra línea y empujó y empujó y empujó hasta que todos entraron. De pronto, me vi embarrada a un señor cincuentón, con camisa de gobierno. Solté mi maletita y jamás llegó al suelo. Preferí tomarlo con humor. ¿Qué más?

Entre eso y la comilona en el Scratch do ouro, fue un día cómico-mágico-musical.

jueves, noviembre 24, 2011

27

Todo parecía igual, la gente en el centro, las multitudes en el tren ligero, la actividad en la universidad. Sin embargo, todo era diferente, esta mañana sembraron cadáveres cerca de los Arcos del Milenio en Guadalajara... los Juegos Panamericanos han terminado, la realidad (lo que sea que eso signifique) ha regresado.

miércoles, noviembre 23, 2011

28

Me propuse dormir en el camión, de noche, rumbo a Guadalajara. Grave error, la película era Inception y volví a disfrutarla como la primera vez, ash.

martes, noviembre 22, 2011

29


Algo me hace pensar que se me ha descompuesto el termostato, veo gente semi-primaveral, mientras yo comienzo a temblar.

Algo me hace pensar que se me ha extraviado la brújula, estoy en un lugar debiendo estar en otro.

lunes, noviembre 21, 2011

30

El puente me iba a alcanzar para terminar al menos tres pendientes... en mis planes, claro. Sobra decir que no alcanzó.

domingo, noviembre 20, 2011

31

No me gustan los desfiles. Durante años he dicho que me opongo a toda la onda quesque patriota, pero superficial e irreflexiva, en torno a la Independencia, la Revolución y demás; y también que me parece incongruente que, si esas luchas iban contra lo establecido, ahora se desfile frente al presidente o gobernador, cual si se le tuviera que rendir culto. Quizá la razón por la que no me gustan los desfiles es, en realidad, porque la única vez que desfilé, me fue muy mal: Oh, sí, ahora lo recuerdo, corría el año de 1993 y yo iba en el (¿cómo dicen quienes comentan los desfiles en televisión?) contingente de la Secundaria Técnica número 1, en la porra (aunque yo ni porrista era). Hacía mucho frío, pero nuestro ilustre profesor no nos dejó llevar las chamarritas del uniforme deportivo... corte a Dorix con broncas respiratorias terribles.

Como sea, hoy terminé accidentalmente en el desfile (eso de ir al centro, en mañana de 20 de noviembre, sin recordar que es 20 de noviembre, es un episodio más acerca de mi noción del tiempo) y he de confesar que me emocioné cuando vi pasar al "contingente" de la UAA.

Gracias a estas porristas tan primaverales, recordé mi episodio de frío en el 93.

El gallito musculoso en ceremonia de graduación (mascota de mi universidad, por cierto) es surreal.
Ya sé que la foto está fatal, pero la pantallita del celular experimenta problemas de visibilidad bajo el sol del mediodía.

Algo muy grave va a pasar en este pueblo, últimamente todo me conmueve.

sábado, noviembre 19, 2011

32

Si lo demás no, las uñas rojas por supuesto que combinan con el bolso.
Una buena lasagna de conocido restaurante al norte de la ciudad, un buen vino tinto y algunas horas de chisme con las amigas, siempre valen la pena.
Como siempre, las diferencias son evidentes, lo divertido es cuando las diferencias dialogan.
Más divertido es cuando el oscuro pasado de la Dorix golpeadora sale a cuento. Damn it, yo que pensé que "ya lo pasado, pasado".

viernes, noviembre 18, 2011

33

33 suena bien loco pronunciado en francés (trente trois) y suena bien denso cuando queda claro que esta cuenta regresiva está en las últimas.

A las 12 de la noche, de anoche, inició el reloj académico (copia pirata del reloj legislativo), así que pensaré que envié el estado de la cuestión todavía en jueves y no a las 5:30 de la mañana del viernes.

Trabajar prácticamente sin haber dormido es terrible, es peor que la peor de las crudas.

Como sea, todo es olvidable frente una pizza margarita y unas cuantas copas de vino tinto artesanal... y todo es más olvidable cuando una termina tomando jugo de manzana en una pulquería (aunque hay episodios de groopies de amigos, que una debería olvidar... es que no brillan)... y todo se vuelve cómico-mágico-musical cuando en esa pulquería llena de gente post-trendy, entra un tipo con máscara, casco de picos y grabadora, muy ochentero surreal todo él... y la noche se vuelve divertida en medio de un torrente de revelaciones.

jueves, noviembre 17, 2011

34

La noche nunca es suficiente para terminar un estado de la cuestión cuya versión final sólo existe en mi cabeza.

miércoles, noviembre 16, 2011

35

Quienes son realmente grandes no necesitan ladrillos para subirse. Hoy lo comprobé otra vez, al trabajar un rato con conocido investigador que está de visita en el área donde trabajo. Su claridad mental y su sencillez me asombraron.

martes, noviembre 15, 2011

36

Soñar no cuesta nada. Sueño con ir a Montevideo y, de ahí, cruzar a Buenos Aires.

lunes, noviembre 14, 2011

37

Este bonito blog ha sido testigo una y mil veces de mis extrañas declaraciones sobre mi condición de cursi de clóset. He aquí una más. Lo acepto, pocas cosas me conmueven, pero las pocas que lo logran, me conmueven mucho. Hoy mis alumnos hicieron una entrega de reconocimientos a sus "otros" significativos, mamás, papás, hermanos, amigos, pobresores. Recibí mi reconocimiento y fui muy feliz. No es el pedazo de cartón con un bonito mensaje (y un error de dedo, por cierto) lo que me conmueve, sino el gesto. A eso hay que sumar que a los mismitos alumnos que una ve todos los días como la tímida, el relajiento, el insensible, etc., se transforman cuando deben leer lo que escribieron en sus reconocimientos para ellos, quienes quieren tanto. En fin, cosas que hacen que la vida valga la pena.

domingo, noviembre 13, 2011

38

A pesar de los acontecimientos traumáticos del día (recordemos que aprecio mucho a Mareo Flores desde que fue uno de mis entrevistados para la investigación sobre blogs; pero recordemos, sobre todo, que vivimos en un país libre y nadie merece que se le persiga por ejercer su libertad de expresión), esta canción me acompañó y me hizo tan feliz como dice.

sábado, noviembre 12, 2011

39

Yo no debería estar aquí ñoñeando. Debería estar en una hamburguiza, a poco menos de 200 kilómetros de aquí.

viernes, noviembre 11, 2011

40

Una rutina compartida, unos tenis iguales, unos ojos tristes, una despedida, una promesa, el descubrimiento de que a la estación Tesoro del Tren Ligero de Guadalajara le han cambiado su nombre por Santuario de los Mártires, una jornada matutina de ñoñez (¿o la continuación de una eterna jornada de ñoñez?), una dosis de terrorismo académico, un torrente de tuits sobre el 111111, seguido de un tuit y otros muchos tuits de noticias mientras la clase transcurre: el Secretario de Gobernación y otros funcionarios mexicanos han muerto en un helicóptero estrellado, más caos, una buena exposición y una felicitación de una vaca sagrada, la graciosa huída, una espera (con desesperación incluida) de más de una hora afuera de un restaurante muy lindo, la comprobación de que esas carnes y empanadas argentinas son deliciosísimas y hacen que valga la pena cualquier espera, unas cuantas horas de felicidad con los compañeros doctorantes, otras tantas con una gran amiga, otro episodio de extravío en las calles de Guadalajara (al menos ya sabemos en qué calle no se debe dar vuelta), dos celulares descargados, una siesta durante el viaje de regreso a casa, una presencia inesperada al otro lado de un cristal, continuidad en la divagación. Nada de esto tiene precio, para pagar todas las cuentas implícitas existe MasterCard.

jueves, noviembre 10, 2011

41

Comer con cuatro hombres es divertido. Sobrevivir a sus señales, indirectas y vulgaridades sobre otras mujeres que pasan es una locura. Responder, ante el señalamiento de que "Doris tiene una relación amorosa con su smartphone", que "es adorable, pero como a todos los hombres, se le acaba la batería cuando no debe", no resultó políticamente correcto.

Encerrarse en la biblioteca y hacer reportes de lectura en tiempo récord es una maravilla. Que, mientras eso ocurre, suenen violines, extrañamente no es producto de la imaginación, tampoco es parte de una escena de película chafita, es que alguien osó ensayar justo al otro lado de la ventana.

Dedicar gran parte de la noche a la ñoñez, en el intento desesperado por salvar el honor y no leer por tercera vez que la asesoría se cancela por avance insuficiente, es una buena decisión. Que alguien decida desvelarse para acompañarme, aunque yo esté más pendiente de teclear que de conversar, es un detalle maravilloso... o un deporte extremo, tal vez. Quizás optimizar tiempo para unas cosas, en detrimento de otras, no haya sido la mejor idea. Lo único que sé es que no quiero olvidar esa mirada y tampoco esa sonrisa.

miércoles, noviembre 09, 2011

42

Por clases como la de hoy, vale la pena ser pobresora.
Por lunas como la de hoy, vale la pena olvidarse de las prisas.

martes, noviembre 08, 2011

43

No es que quiera yo armar teorías conspiratorias (que, en sentido estricto, no serían teorías, sino hipótesis), pero he llegado a pensar que a mayor cantidad de trabajo, hay una mayor posibilidad de interrupciones y, a mayor cantidad de interrupciones completadas en tiempo récord, es mayor mi tendencia al berrinche. Muy predecible resulto, caray. Como sea, lo impredecible es que aparezca quien hace años no aparece y que lo haga para pedir un favor, con la desfachatez de aceptar: "¿a quién más puedo recurrir?" Bah, demasiadas quejas, tal vez por eso este bonito blog ha perdido casi tanto rating como credibilidad ha perdido el presidente... o cualquier autoridad.

lunes, noviembre 07, 2011

44

"La tenía, era suya y la dejó ir". No hablo de fut (no esta vez, aunque soy feliz con el superliderato de mis Chivitas), sino de hombres. Esta vez fue una amiga la que lloró cual Magdalena por un hombre, la hice reír con la frase futbolera del principio, pero algo me hace sospechar que eso de dejar ir gente valiosa no es exclusivo de hombres. Hace algunos años escribí lo mismito, pero sobre mí: "lo tenía, era mío y lo dejé ir". Desde entonces, he visto pocas veces a aquel sobre quien lo escribí, sé que está casado, que tiene hijos, que tiene un buen trabajo, que es feliz y he de confesar que me da gusto. Sigo pensando que es alguien valiosísimo, sigo pensando también que con él yo no habría logrado una relación tan larga, porque, en esencia, íbamos por caminos diferentes. Quizá por eso dejamos ir, porque buscamos tener todo seguro y saber qué pasará mañana y encontramos que a veces el objeto del afecto camina o corre en otra dirección (lo peor es cuando alguno de los dos espera que el otro corra detrás). Mientras leía sobre medios y democracia, sobre la concentración de poder económico en los medios que converge con la fragmentación de la esfera política, algo me hizo clic: que los actores políticos insertos en la transición política mexicana no estuvieron preparados para la incertidumbre, que es algo clave en la democracia, así que se dedicaron a repetir esquemas de aquello que se supone que pretendían combatir. Ese planteamiento explica esa realidad, que es muy concreta y no me encanta jalarlo para explicar cotidineidades (que no por cotidianas son menos importantes y tampoco menos complejas), pero creo que los jóvenes en transición a la adultez emergente vivimos también la contradicción, arrastramos las ideas del amor romántico que, en el discurso, juzgamos como retrógradas; pero no estamos preparados para la incertidumbre y se nos mueve el piso cuando no sabemos qué pasa con el otro. Quizás en el fondo, nos encantaría tener todo seguro, como en el pasado, pero con las libertades del presente.

domingo, noviembre 06, 2011

45

No soy totalmente (quizá ni siquiera parcialmente) Palacio, pero volví a recordar el planteamiento aquel sobre la incapacidad de los psicoanalistas para entender el poder curativo de un vestido nuevo (publicidad con alto índice de recordación, sobra decirlo). Hoy no tengo uno, sino dos vestidos nuevos, uno rojo liso, uno tinto de bolitas. ¿Será que una intenta llenar con vestidos nuevos el vacío de un estado de la cuestión que nomás no acaba de quedar listo?

sábado, noviembre 05, 2011

46

Las palabras se me escaparon y el estómago se me hizo nudo muchas veces. Ver Secretos peligrosos (The whistleblower) me alteró, sobre todo al saber que se trata de un caso de la vida real, de tráfico de mujeres, donde han estado implicados policías, militares, diplomáticos y agentes de la ONU. No sé si fue eso lo que me devastó o si fue imaginarme que cosas iguales o peores seguro están pasando en las fronteras norte y sur de nuestro pintoresco país. Qué manera de contar la historia, qué fuerza interpretativa, qué historia tan densa. Para ésta no habrá un "cosas que pasaron por mi mente", no puedo.

viernes, noviembre 04, 2011

47

¿Quién aparece en la inauguración de una exposición pictórica que parece pasarela, en vestido fucsia de algodón, mallas grises y Converse? Sí, ya sabemos quién. En mi defensa (aunque no tenga nada que decir en mi defensa), he de decir que no estaba entre mis planes terminar ahí; que me gusta llamar la atención, pero no de esa manera. No me hacen feliz las inauguraciones, tal vez porque no me encanta el protocolo. Pero esta noche el protocolo fue lo de menos, lo que me alteró fue llamar la atención con mi atuendo simplón, en medio de más de 100 personas que desfilaban enfundadas en Armani y Versace, con cabelleras perfectas, maquillajes perfectos y ese modo tan característico de hablar; hubo quien se colgó hasta el zorro, hubo quien le hizo el feo a pintores de cierta trayectoria, porque ahí no importaba saber de arte, sino codearse entre iguales, reír con el pintor que juraba no saber dónde estaba Aguascalientes y la calificó despectivamente de "provincia" (gran cultura general la suya, me ha sorprendido hasta el extremo) y fingir atención ante la autoridad que confunde el cabestrillo con la vanguardia (su amplio vocabulario también me ha conmovido hasta las lágrimas). Quizá lo más loco fue observar las reacciones de quienes claramente no éramos parte del hábitat: actuar como si se fuera uno de ellos ante la clara evidencia de lo contrario, socializar frente a miradas cruzadas al forastero, aislarse tan pronto se cortó el listón, disparar ideas en Evernote para venir a postear. Quizá lo más divertido fue terminar en una pulquería que me ha dejado claro que tomar pulque antes era medio naco, gooooooooooooei y ahora es chido, goooooooooooooei.

jueves, noviembre 03, 2011

48

Me hace total sentido lo que vi en Microsiervos: "Creíamos que íbamos a cambiar el mundo, y casi no podemos cambiar ni de compañía de móvil". Mágicamente, mi celular no pudo ser desbloqueado. No puedo migrar a Telcel (sí, sí, unos meses con Iusacell lograron lo impensable, que extrañara a Telcel) y ahora me pregunto qué será de mi vida ante tal dilema... ok, no es para tanto.

miércoles, noviembre 02, 2011

49

Llorar la muerte de mi papá es normal. Con él viví 22 años de mi vida y, aunque asumo que ya no está, extraño hablar con él y ver sus ojos, extraño su tranquilidad y sus usos y costumbres para eso que llaman viajar, extraño que estaba donde no ha estado por casi ocho años y extraño el tiempo en que el 2 de noviembre no era un día triste, sino uno de celebrar su cumpleaños.

Llorar la muerte de mi hermanito puede parecer normal, pero es extraño. Con él viví como dos meses de mi vida, pero yo tenía dos años y medio. No tengo un solo recuerdo de él, salvo lo que me cuentan: que era pálido, de cabello oscuro, ojos grandes y barba partida, como yo; que siempre estaba atento a los movimientos de la gente; que era muy tranquilito. No puedo extrañar a alguien cuya existencia ni siquiera recuerdo, pero hoy lloré como estúpida frente a su tumba. Dicen que es esa onda abstracta que nombran "el llamado de la sangre". Yo no sé. Sólo sé que las lágrimas saben a sal.

martes, noviembre 01, 2011

50

Se acabó. No fui yo quien empezó este juego extraño que ya no sé ni qué es, pero creo que sí seré yo quien le ponga fin... al menos momentáneamente... o ya ni sé. "No tengo nada que decir en mi defensa", diría Torreblanca.