miércoles, enero 27, 2016

Dosmilquince

Casi se acaba el primer mes del 2016 y apenas he aparecido por estos lugares a hacer mi recuento de 2015. ¡Aplausos!

2015 fue un año interesante, lleno de trabajo, pero también lleno de incertidumbres. Terminé el doctorado y la tesis, todo un ciclo, no sin antes pasar buena parte del verano en crisis, con la sensación de que caminaba hacia Mordor (la sensación no se ha ido, por cierto).

Me pregunté qué hubiera sido si..., me encontré con historias pasadas y hasta me quedó claro cuáles no tendría por qué haber resucitado... o quizá sí.

El recuento de viajes incluyó Guadalajara (as usual), Querétaro, Puerto Vallarta, Phoenix y San Francisco. Oh, sí, por fin vi el Grand Canyon con mis propios ojitos y fui también a jugar con la nieve en Yosemite. ¿Qué vendrá en 2016?

Hace un año escribí que 2014 había sido el año con menos entradas en este blog (14). Tristemente, puedo decir que 2015 fue peor, sólo cinco entradas.

viernes, enero 22, 2016

La Raza

Llegué en metrobús hasta La Raza con la firme intención de tomar el metro, línea 5, hacia la Terminal del Norte. Por algún extraño motivo, caminé con toda la seguridad del mundo hacia la línea 3, abordé, bajé en automático en Potrero y caí en la cuenta de lo que había hecho. Por algún otro extraño motivo, no hice berrinche (ésa no no soy no soy yo, of course) y corrí al vagón de en frente para regresar a La Raza (una estación que me encanta, btw), donde por fin tomé la línea que debía haber tomado minutos antes. Ni hablar, así es la vida, uno se equivoca incluso cuando va con toda la seguridad del mundo y, a veces, no queda de otra que cambiar el rumbo. Por supuesto, siempre es más fácil cuando hay chance de voltear hacia arriba y ver las estrellas. Lo juro, no es que Paulo Coelho haya tomado mi muro, es sólo que a veces baja la Grumpy Cat que llevo dentro.