jueves, febrero 21, 2013

La conciencia de género sale cuando una menos lo espera

Soy una mujercita indefensa que necesita que sus compañeros hombres intervengan para legitimarla. Obvio, no soy esa mujercita indefensa desde mis propios ojos, pero tal vez sí lo sea desde los ojos de alguien cuyo nombre no diré. El asunto es simple, en un grupo de cinco, donde soy la única mujer, discutimos entre pares y la hacemos muy bien. Sin embargo, cierto doctor apareció y mostró poco respeto por dos de los cinco: el que parece más joven y la mujer (yo, pues). A ambos nos interrumpió en seco, no nos permitió completar las ideas. En mi caso, dije algo y lo descalificó, dos compañeros señalaron que mi opinión era legítima y válida, entonces moderó su postura. Al parecer, el diálogo sólo se establece con hombres, aunque no con todos. Al parecer, es fácil hablar de justicia social, desde un discurso profundamente machista y clasista. Al parecer, se puede hablar de ecología mientras se lanzan colillas de cigarro desde un tercer piso... porque quien sostiene un discurso de justicia social asume que habrá alguien que recoja el tiradero... alguien de una "clase inferior", podría ser. En suma, ese discurso no lo compro, no así. La conciencia de género sale cuando una menos espera.

domingo, febrero 17, 2013

En algún lugar...

No puedo creer que estemos más allá de la mitad del segundo mes de este año. Como sea, mis pies ya han caminado por Cancún, Mérida, Izamal, Campeche, Chichén Itzá, Guadalajara, San Juan de los Lagos, León, la Ciudad de México y mi adorada Aguascalientes... nada mal para tan poco tiempo.

martes, febrero 05, 2013

Mejor subiré a YouTube esta canción...

Gracias a mi gran jefe di con este video de Los Tres Tristes Tigres. No puedo parar de reír.

sábado, febrero 02, 2013

Bomberazos, bomberazos por doquier

Debe ser una terrible señal recordar que tengo este blog sólo porque en algún lado debo expulsar la frustración. Tengo una relación de amor - odio con los bomberazos. Odio los problemas con el tiempo, que no permiten organizarse más o menos bien. Odio que no se respeten los acuerdos y que una termine haciendo más de lo que inicialmente estaba previsto. Odio la ley de Murphy. Odio la pantalla en blanco y las horas de pasme. Como sea, en lugar de bomberazos laborales, una debería recibir bomberazos como Jeffrey Dean Morgan en The accidental husband