miércoles, junio 22, 2011

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La ciudad amanece diferente cuando ha habido lluvia de por medio. El olor a tierra mojada me pone de buen humor y los nublados me gustan. Sobre todo, me hace feliz ver el cambio de color en el pasto de la universidad.

La soledad de un área de investigación, donde en algún momento éramos cuatro y luego tres y hoy sólo yo, es algo extraño, pero disfrutable. Ya se sienten las vacaciones, ni siquiera la mini-papelería abre todo el día y los baños lucen más limpios que de costumbre.

Quizá por la conjunción de todos esos factores, tuve tiempo de leer algo sobre McLuhan que no deja de sorprenderme. Quizá, por lo mismo, la tarde me rindió bastante. Y quizá también empiezo a sentir la transición. Bah, me tardé.

4 comentarios:

Angie dijo...

doris:


vaya los cambios son interesantes y en la uni puedes vivir y ver esos cambios de maneras sorprendentes

bueno hoy eramos dos y después fui yop :(

y si curioso pero el tiempo rinde más cuando te acompañan las sillas vacías y las hormigas, cucarachas y toda la fauna que no vi pero que se que allí esta.

byebye

Dorix dijo...

No me asustes con eso de la fauna, que me puede dar un patatús... ok, no.

Mallugabos dijo...

Disfrutaba tanto ver el pasto de paraíso y ahora el único que veo lucha por su independencia en el concreto de 5 de mayo y allende.

Dorix dijo...

¿Por qué el cambio, Elmo?