martes, junio 07, 2011

197

Amanecí con ganas de agradecer, de ver la vida desde otra perspectiva. Siempre... o casi siempre... o, al menos, a veces... agradezco a los que están cerca, a mis amigos y familia, en fin. Casi nunca... o nunca... agradezco a los que alguna vez estuvieron y ya no tienen por qué estar. Concretamente, se me ocurrió que debería agradecer a los hombres de mi vida, a los que me han hecho sentir una princesa y a los que me han recordado que no siempre se gana... o a los que me han hecho sentir una princesa y luego me han recordado que no siempre se gana, fiu. Y también debería agradecer a la institución que me apreció cuando otras puertas se habían cerrado. No importa que las cosas hayan terminado. Existieron, sirvieron para algo, eso es lo que importa.

No hay comentarios.: