lunes, junio 13, 2011

191

Entre las maravillas de un capítulo casi terminado y una genial clase de solfeo, aparece súbitamente una nueva llamada de auxilio de mi cuerpecillo. El diagnóstico: gastritis. 28 días de tratamiento, nuevas restricciones en cuanto a comida (perfectamente posibles de cumplir) y la recomendación de bajarle al estrés (¿cómo carajos se hace eso?).

No hay comentarios.: