viernes, junio 08, 2007

ocio animal

Los canes echan la siesta. Como ya están rucos, casi todo el día es de siesta. Rubí (el de la izquierda) ya pinta canas, de cachorro tenía el hocico negro. Güerito (el de la derecha) siempre ha sido blanco. Suelen ser más fotogénicos (con una dueña como yo, están acostumbrados hasta a posar para las fotos), pero definitivamente, a media siesta, no ponen su mejor cara.

La Justi ataca salvajemente a mi delfín de peluche, traído desde Six Flags y escondido al fondo de una gran canasta de peluches precisamente para mantenerlo alejado de la gata, pero ella logra sacar todo y apropiarse del pobre e indefenso delfín. ¿Qué tiene el delfín que no tengan los demás para ser comible? Al menos ya dejó la idea de que las golondrinas que anidan en el patio de mi casa son comibles, tal vez porque nomás nunca pudo atrapar una.

No hay comentarios.: