Escribo mientras me tiemblan los dedos, porque escribo mientras escucho la transmisión en vivo, por radio, de una balacera en mi ciudad.
Todavía no acabo de sorprenderme por lo que pasó en Morelia, en pleno Grito, cuando el pánico me llega más cerquita.
Acá, en Aguascalientes, al parecer, de un levantón se pasó al enfrentamiento entre sicarios y agentes de policía estatal y federal... y de ahí al terror.
Escucho la voz temblorosa del reportero y, de fondo, las ráfagas... parece crónica de guerra. O tal vez no parece... es.
Y mientras la violencia se hace cotidiana y mientras la impotencia se hace tan cotidiana como la violencia... sólo sé que tengo ganas de llorar. Y por mucho que me haga sentido lo que leo en Bauman y Appadurai, sobre la sociedad de miedo... me siguen dando ganas de llorar.
5 comentarios:
No sé por qué... pero yo no siento miedo, sino desesperanza.
Yo estuve en Morelia este puente y, a llegar, me enteré de un tren que "se descarriló" llevándose de corbata a 20 casas de gente inocente. Luego, después de una cena "mexicana" con mis suegros (bastante lejos del lugar del atentado) nos enteramos por las noticias de lo ocurrido hace unos minutos.
Y hace ratito me encontré con una hermana misionera que viene de Monterrey platicándome de todo el problema en Aguascalientes...
Más que triste, estoy preodupado. Estamos comenzando a pagar las consecuencias del país que estamos construyendo. Esto me invita de manera urgente a educar a mis hijas para que tengan cierta conciencia ciudadana, que luchen por lo que creen, que amen la paz (lo cual no es sinónimo del conformismo), que hay mejores maneras de cambiar el mundo que la violencia, que el que gandalla hace que batallemos todos los que estamos a su alrededor, que cuiden del planeta en donde les tocó vivir, y una larga lista de etcs. Y encima de todo, encomendarme a Dios porque resolver esta bronca está muy difícil porque hay muchos que están sufriendo desde hace mucho y se están destapando por medio de la violencia.
En fin. Nos toca seguir en pie de lucha, pero de lucha pacífica porque "el que a espada vive, a espada muere".
Sho taba leyendo "Morir en el golfo" y oí los tronidos de las guns mientras veía el rostro de mi madre angustiada porque mi hermana andaba en la calle.
Slds!
Yo también tengo desesperanza como dice Lábani. Chale
Siento mucho que la violencia se esté centrando en Aguascalientes y que te coja tan cerquita. Lo único que se puede hacer en estas situaciones es denunciarlo públicamente y ante las autoridades para que se le acorte la vida a la delincuencia. Espero que se solucione pronto y den con los responsables lo antes posible. Un beso y cuídate.
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