Este fin de semana me dediqué a hurgar en las profundidades de mi cuarto. Sucede que hay un par de libreros llenos de cosas, que cotidianamente son sacudidas, sólo para que no acumulen polvo de siglos; pero se trata de libros, copias, cuadernos y más, que no han sido usados en mucho tiempo. Los objetos están llenos de memoria. Veo los mil y un intentos de escribir una novela en 1993 y muero de risa con lo chafita de aquellas letras. Veo las notas de cuando estudié canto y solfeo -allá por el 2000- y siento que escucho las interminables secuencias de mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi, seguidas del Ave María y Concierto para una sola voz... y muero de risa sólo de pensar en el día que las mujeres la regamos al cantar Memory de Cats. Veo mis copias del curso de griego y casi puedo escuchar los gritos de Yannis Pilihós quejándose a veces de nuestras preguntas fuera de contexto, otras de nuestra pronunciación, siempre de los turcos y con demasiada frecuencia, del hidráulico. En estas condiciones sí me gusta que el pasado aparezca cuando menos se espera... en otras no.
martes, julio 13, 2010
el pasado aparece cuando menos se espera
Este fin de semana me dediqué a hurgar en las profundidades de mi cuarto. Sucede que hay un par de libreros llenos de cosas, que cotidianamente son sacudidas, sólo para que no acumulen polvo de siglos; pero se trata de libros, copias, cuadernos y más, que no han sido usados en mucho tiempo. Los objetos están llenos de memoria. Veo los mil y un intentos de escribir una novela en 1993 y muero de risa con lo chafita de aquellas letras. Veo las notas de cuando estudié canto y solfeo -allá por el 2000- y siento que escucho las interminables secuencias de mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi-mi, seguidas del Ave María y Concierto para una sola voz... y muero de risa sólo de pensar en el día que las mujeres la regamos al cantar Memory de Cats. Veo mis copias del curso de griego y casi puedo escuchar los gritos de Yannis Pilihós quejándose a veces de nuestras preguntas fuera de contexto, otras de nuestra pronunciación, siempre de los turcos y con demasiada frecuencia, del hidráulico. En estas condiciones sí me gusta que el pasado aparezca cuando menos se espera... en otras no.
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7 comentarios:
A mi me gusta que el pasado aparezca cuando es sexy.
Yo quiero encontrar un libro que estaba escribiendo hace como 15 años, seguramente esta pésimamente mal redactado, pero la idea me gustaba, no se donde demonios esta D=
¿Y qué hiciste con todo lo encontrado?
Xavy: Fácil, voltea tu casa y verás que sale el librito.
Blu: Todavía estoy deliberando, muchas cosas deberán irse; otras, como el cuaderno de solfeo y las copias de griego, tienen su lugar asegurado a perpetuidad.
Que sofisticación, estudiar griego. Ese maestro que nombras, ¿vivia enfrente de los arquitos? Yo siempre lo he querido aprender griego y latín; solfeo también pero en la primaria no me aceptaron en el coro, jajaja. Saludos
Santino: Vive cerca del D'Andrea Alameda. Y vamos a solfeo, ja ja, ya vi un curso en el CCU :)
Hace unos días mi madre (que anda remodelando la casa donde viví hasta la prepa) me dijo que halló una caja con mis cuadernos, casetes, fotos, cartas, etc. Mi respuesta fue "tírala, no tengo aprehensión por el pasado". Pero imagino que hubiera sido todo un viaje adentrarme en su contenido, como dices: disfrutable que aparezca el pasado en esas condiciones... y en otras no.
saludos!
Esquina Tijuana: Gracias por venir tan lejos, je. Y sí, muy disfrutable es la irrupción del pasado... a veces. Saludines.
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