jueves, noviembre 29, 2012

en eso de no descubrir el hilo negro

Tengo la hipótesis de que, en todo posgrado que se precie de serlo, hay una parte de la formación que no está contemplada en el plan de estudios, pero que resulta inherente a él. Sucede que uno aprende que jamás habrá un estado de la cuestión completo, porque el conocimiento resulta inabarcable y porque los otros siguen investigando y construyendo un rompecabezas infinito; que hay más de una perspectiva teórico-metodológica que permite abordar lo mismo, pero de modos distintos; que hay mucho de contingencia y serendipia en lo que uno logra ver y analizar. Uno aprende, a veces a trancazos, que puede haber trabajado muchos meses en cosas que no resultaban congruentes ni pertinentes, que algunos comentarios de los asesores/tutores/lectores/y-anexas pesan lo suficiente para echar a la basura el 90% del trabajo, que entre ellos más sabe el diablo por viejo que por diablo, pero que no necesariamente los asesores/tutores/lectores/y-anexas tienen siempre la razón. Uno aprende también que las cosas se ven diferentes cuando acaba el semestre y más diferentes aún cuando el posgrado ha terminado; que, mágicamente, en el trabajo que parecía perfecto, emergen hasta errores de dedo aderezados con arrepentimientos y vergüenzas póstumas que se entrelazan con cierto orgullo y satisfacción; que todo esto es una joda, que es imposible descubrir el hilo negro y que nunca se alcanzará la perfección. Dicho de otro modo, uno recuerda que un posgrado no le hace superior, a uno le queda claro que es humano y que los humanos se equivocan y que los errores a veces son endiabladamente evidentes, uno adquiere o aumenta la tolerancia a la frustración si es que pretende sobrevivir medianamente sano y cuerdo, uno madura tantito. Pero no todo es tan horrible, a uno también le queda claro que los humanos a veces anochecen brillantes y llegan a resultados sorprendentes; que "el rollo es de quien lo trabaja", como dice Raúl Fuentes Navarro que dice Enrique Sánchez Ruiz; y que este caos vale la pena.

3 comentarios:

Esquina Tijuana dijo...

Me gustó y lo tuitié ☺

Julio Sueco dijo...

yo tambor ...

Dorix dijo...

Iba a preguntarles por sus respectivas cuentas de Twitter, pero ya los hallé, mediante el stalking como etnografía virtual (Bárcenas dixit), jajaja. Por lo demás, bienvenidos al chisme.