Siempre he pensado que ciertos libros y películas llegan cuando las necesitamos. Así me pasó con "His Three Daughters". Me había salido en las recomendaciones de Netflix, la guardé sin ver de qué trataba y la vi apenas el domingo pasado. Me hizo pedazos.
En la historia hay tres hermanas y un padre moribundo. Resulta que la vida cotidiana, cuando hay que cuidar al mismo tiempo que se vive una especie de duelo anticipado, es muy dura, sobre todo si consideramos que cada una trae sus propias cargas y enfrenta el dolor como puede.
Lo viví hace 21 años y ver eso en pantalla me hizo volver a vivir y volver a pensar ciertas cosas. Fue inevitable preguntarme cuál de las tres fui y el asunto es que fui las tres: fui la menor, la que sí estaba en casa, a la que le invadieron el espacio y le trataron de imponer decisiones; también fui la mayor, la controladora, la que asume las responsabilidades, pero también juzga; fui y soy, quizá más ahora, la de en medio, la que busca válvulas de escape, la que mucho tiempo antes tuvo cierta conversación importante con el papá y la que, en algún punto, se da cuenta de los modos en que las otras lidian con el dolor. Diría que nadie nos enseña cómo vivir el dolor y el duelo, pero qué bueno, porque estas cosas sólo se entienden atravesándolas y, aun así, siempre son distintas.
Decía que ciertas historias llegan cuando las necesitamos. Así me pasó hace mucho con "The invention of solitude" de Paul Auster y ahora con "His Three Daughters" de Azazel Jacobs. Justamente hoy hace 21 años que celebramos el último cumpleaños de mi papá, quizá sin saber que era el último. No es un dato menor.
El trailer está por acá: https://youtu.be/K0jwAP2fS1E?si=knU_g99MqP84jMy4
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