jueves, febrero 15, 2007

Paquita la del Barrio y el viejito ardillo

“Gracias por acordarte de mi madre…”, sí, era la voz de Paquita, pero, ése no era su cuerpo, bueno, casi… Resulta que el sábado en un bar con karaoke un tipo cantó esa canción igualito que Paquita. De escucharlo sin verlo, cualquiera juraría que era la mismísima Paquita; pero al verlo descubrí que no estaba tan lejos, sólo había que teñirle el cabello de rubio (el corte feo ya lo traía), rasurarlo, ponerle un wonderbra y un vestido con hartas lentejuelas (la panza ya la traía).
El viejito ardillo-amarguetas era más bien un personaje desconocido al que le dio por cantar maravillas como “La eché en un carrito”; ya como en la quinta canción, no se sabía si iba o venía, sólo emitía unos sonidos extraños que intentaban acomodarse al ritmo de la música.
Pero eso sí, nada como los tres chavitos que cantaron una de Sin Bandera, uno se veía equis, el otro se veía de lo más gay y uno más se creía súper galán y hasta se ponía en pose, fruncía el ceño y fingía la voz. Shalalá, todo lo que ocurre en un karaoke.

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