martes, marzo 27, 2007

shalalá

Dirigirse a la fiesta, descubrir que de cuatro, ninguno traía la dirección y tener que esperar instrucciones vía celular. Descubrir que María Martha envió a Lourdes a hacer etnografía para descifrar el misterio del origen del “shalalá”, esa muletilla que hace tiempo tengo. Viborear alegremente sin dejar de entrarle a los tacos en el último día de omeprazol. Pasarla de abstemia porque aún queda medicina para el problema del dedo y eso puede hacer corto circuito con el alcohol. Ah, qué divertida fue la francachela con ustedes. Los quiero.

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