jueves, julio 17, 2008
salvando al canecillo Gupy
Hace unos momentos se registró una tormenta en estas bonitas (e inseguras) tierras aguascalentenses; cero que ver con las tormentas que he resistido en Tapatilandia, pero sucedió que la inclinación de la lluvia fue los suficiente para inundar la casita de mi perro (segunda vez que ocurre en muchos años), así que tuve que improvisar labores de rescate y envié al pobre can, tembloroso y con ataque de estornudos, a un albergue temporal que le construí en el baño, mientras seco sus triques para que pueda regresar a su hogar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
¡Pobre Gupy!
¿Se enfermó? Gupy debía vivir en tu casa para que no le pasara eso. Jeje.
Pues sobrevivió al incidente. Mmm, el patio donde está su casita está en mi casa, ja ja. Por cierto, sólo dos veces en toda la vida, ha ocurrido que esa casita resulte afectada por una tormenta.
Publicar un comentario