viernes, diciembre 16, 2011

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Estoy conmovida hasta las lágrimas. Hoy, por fin, comencé a leer Cuentos sin plumas, el libro de Woody Allen que compré hace dos Navidades y que había estado reposando en un librero todo este tiempo. Encontré un cuento donde habla de los años veinte, Hemingway, los Fitzgerald, Picasso, Matisse, Manolete... en suma, encontré el antecedente de Mignight in Paris, escrito hace casi cuarenta años. Quizá medio mundo lo sabía, pero yo no y me ha hecho muy feliz leerlo. Así son de extraños los viernes de inicio de temporada vacacional.

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