domingo, diciembre 04, 2011

las razones de la impuntualidad

La impuntualidad tiene sus razones.

Razón sentimentaloide: Llegué tarde a la presentación de un libro sobre estudios de medios, porque mis compañeros y yo seguimos en la etapa de mueganez doctoral. No bastó con pasar el día y parte de la noche juntos, todavía quedamos para desayunar juntos... los sobrevivientes y los agregados.

Razón urbana: Llegué tarde porque Guadalajara no está diseñada para los peatones, sino para los automovilistas. Cruzar las calles es un deporte extremo y, a decir verdad, caminar sobre banquetas llenas de desperfectos convierte el trayecto en una carrera con obstáculos.

Razón política: Llegué tarde porque había hordas de personas en la fila para entrar a la FIL. Cuántos lectores, pensé. Grave error, no debo ser tan optimista e ingenua. En la fila resaltaban muchas camisas, playeras, blusas y corbatas rojas y sus portadores se agolpaban frente al auditorio donde, minutos después, Peña Nieto hizo el oso de la vida.

Razón logística: Llegué tarde porque la gente de los módulos de información de la FIL no sabía dónde era el "territorio CUSCH". Yo dije, en broma, que seguro era un espacio de 50X50 cm en medio de la nada. No me equivoqué tanto. Se trataba de un espacio chiquito, casi sin señalamientos, que no aparecía en el mapa y que uno debía encontrar casi por arte de magia.

Razón empíricamente comprobable: Llegué tarde por todas las razones anteriores... y porque soy medio impuntual.

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