miércoles, diciembre 14, 2011

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Éste ha de pasar a la historia como un día surreal, que incluyó el inicio de una película semi-porno en un autobús lleno de señoras, un chofer apenadísimo que cambió la película por otra ultra-religiosa sobre el matrimonio, una señora mayor que vociferó "hubiera dejado la otra", una fiesta corporativa donde el 90% de la asistencia se componía de mujeres que se convirtió (como todos los años) en una lucha se señoras desesperadas por atrapar a los tres güeyes que bailan, un grupo de 17 gerentes vestidos de smoking para bailar Poker Face, ene llamadas de mi trabajo que no podía contestar decentemente por el exceso de ruido, un intento de atropello a mi persona por parte de un tipo que iba dentro de una avioneta de cartón, unas escaleras que supuestamente conducían a un cajero automático y llegaban a la nada, una borrachera marca diablo (eso ya no es tan surreal), una extraña confusión y un japonés que baila una de Enrique Iglesias. Mi capacidad de asombro fue puesta a prueba... y, pensándolo bien, quizá desde ayer fue un día tantito surreal.

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