Aguascalientes en medio del agua

Cine de Barrio de viernes y sábado cancelados por lluvia. Y el sábado fue la locura. Luego de cancelar la proyección de Cine de Barrio, Mónica descubrió que los baños de cierto café hacían gluglú, después vio que el agua en la calle Díaz de León estaba a punto de entrar por una ventana y salimos corriendo hacia el Museo Posada a ver la despedida de "la dichosa palabra" (no lo vimos completo, porque para donde nos movíamos había edecanes recalcando que estorbábamos) y, sorpresa, el patio del Museo Posada se había convertido en una alberca. Hora de regresar a nuestras casas, pero para ello había que atravesar López Mateos, cauce natural, que imaginamos que estaría cual río crecido. Llamamos a todos los servicios de taxi, cero respuestas. El hermano de Mónica fue a rescatarnos. Atravesamos López Mateos más adelante, donde había menos agua y se sentía que por momentos el coche flotaba. El Parque Hidalgo era una gran cascada, se inundó y el agua salía con gran intensidad por las bardas, entre los barrotes. Caro me contó que vio coches volcados en López Mateos y que, no es broma, alguien pasó en una lancha. Llovió toda la noche y el domingo todo el día. Hasta mi calle se volvió río. Supe que desde el jueves, tanta lluvia dejó fuertes daños en muchas casas del oriente de la ciudad y que dejó al descubierto las condiciones en que construyen casitas casi para palomas, sin cimientos, con cableado subterráneo totalmente inseguro y desprotegido, y, para que amarre, justo donde es cauce natural... pero tenemos el premio nacional de vivienda, ¿verdad? Ayer decía el Padre Sabás: "esto no ocurre en Bosques ni en el Campestre ni en San Cayetano, ocurre allá, en las casas de los pobres" y se preguntaba por qué no hay viviendas dignas en el estado del premio nacional de vivienda. Creo que sabemos la respuesta. Como sea, "nella fantasia, io vedo un mondo giusto".