sábado, octubre 14, 2006

qué ganas de no verte nunca más...

Has subido a un ladrillo y te has mareado. Te has emborrachado de poder. Asómate a un espejo y ve que tu fealdad es nada junto a tu mediocridad. Sí, he dicho mediocridad, tu puesto no minimiza tu mediocridad, la hace más visible.

Ahora tienes esa sonrisita que no tenías y queda claro que cada día te extravías más en tu mundito, disfrutas creyendo que tienes a todos a tus órdenes, pensando que nadie se saldrá del promedio para no arriesgarse (igualito que tú), sintiendo que tienes el cobijo de otros más poderosos.

No es mucho lo que has cambiado. Eras un mediocre quesque de ideas contestatarias que callaba por miedo. Ahora eres un mediocre quesque institucional que busca que otros callen por miedo. Eres la misma basura en otra silla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Guau! ¡Eres mi portavoz! ¡Que ni mandado a hacer para cierta personilla que conozco!

Dorix dijo...

Y para veinte que conozco.