martes, julio 03, 2007

no paraba de llover

Fuimos muchos los que nos quedamos atrapados el viernes casi tres horas en el Templo, porque era una locura salir en medio de una tormenta eléctrica con harto viento, y de un “encharcamiento” que no dejaba ver ni el camellón y que invadió también el Templo. En casa, los damnificados fueron mis perros, la lluvia mojó el colchón de la casita en que pernoctan, así que esa noche tuvieron que ser canalizados al albergue improvisado en el baño.

Y a la mañana siguiente, camiones locales y nacionales, ¿en mi calle? Todo porque ante el cuasi diluvio del viernes en la noche en Aguascalientes, se dañó parte de la Avenida Convención y la enorme fila de vehículos tuvo que ser desviada por mi calle y por otras calles cercanas. Grrrrrrrr. Y yo que me quejaba de Guadalajara.

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