sábado, febrero 26, 2011

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Últimamente he pensado que la vida no se construye de sucesos grandes, espectaculares, estruendosos, sino de momentos pequeños que se van conectando unos con otros y nos permiten darle sentido a los días. Antier interrogué bien y bonito a alguien acerca de la felicidad (y fue justo a la salida de Black swan, vaya momento). Quizá mis interrogatorios a otros tienen que ver con mis propias preguntas sobre aquello que me hace feliz.

No necesariamente en este orden, pero me hace feliz despertar (abrir los ojos y ver que el día se despliega ante mí, para hacer-transformar-crear algo es una sensación casi olvidada por cotidiana, pero francamente genial), hablar con mi mamá y quedarme pasmada con su claridad mental, ir al cine sola, ir al cine acompañada (muy bien acompañada, sobra decir), viajar (sobre todo cuando se trata de viajes sacados de la manga), comer algo delicioso (da lo mismo si es en casa o en algún restaurante), caminar por la ciudad, escribir, intercambiar mails-tuits-mensajitos-o-equivalente con amigos que están lejos (y también con los que están cerca), leer, vagar con amigos, divagar (si es diario, mejor), mi gata y el perro de mi mamá, el verde de mi casa y más.

Hoy me hizo feliz comer con unos amigos (Ricardo y Caro) y olvidar por un ratito el normal caos de los pendientes... ¿quién no lo olvida frente a una deliciosa lasagna y una buena sesión de chisme? También me hizo feliz lograr dar ocho vueltas a Canal Interceptor, lavar casi todos mis tenis (dos pares verdes, dos negros, uno fucsia, uno gris, uno a cuadros), retomar un proyecto y tomar leche con chocolate, ja, pura información de gran importancia para el desarrollo de la humanidad, fiu.

En fin, lo mejor de mi vida, lo que me hace feliz, son justamente esos pequeños momentos que parecieran no importantes.

4 comentarios:

Angie dijo...

doris:

que gusto encontrarte por aca
o bueno más bien que gusto q me ayas encontrado por aca

te sigo

besos

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La Blu dijo...

Son una maravilla esos pequeños momentos, que a la larga (casi siempre) le dan sentido a los "grandes eventos".

A mi me gusta cuando Luis Emilio acaricia mi cabello con sus pies y se va quedando dormido poco a poco a lado de mí.

Me gustó mucho este post, bueno... en general todos estos posts numerados.

Ojalá pronto nos encontremos para reirnos un rato.

Dorix dijo...

Aki, muy pequeño el mundo es.

Blu, sí, sí, encontrémonos.