- Viajar con prisa en el tren ligero de Guadalajara, para llegar a tiempo a presentar el TOEFL.
- Devorar un sándwich equis de la vida y confundirlo con un manjar.
- Emprender la graciosa huida rumbo a Mazamitla.
- Escuchar un cantante viejito, que sigue luchando y sonriento.
- Ser muy feliz al contemplar un perro.
- Encontrar un concierto, en noche de sábado, con el mariachi municipal de Tecalitlán... descubrir que los integrantes son niños y adolescentes y llorar con el canto de una jovencilla (siempre he pensado que para cantar -que no gritar, no es lo mismo- con mariachi, hace falta una voz privilegiada... y para transmitir sentimientos hace falta mucho más que una voz... y esa escuincla tiene todo).
- Terminar la noche viendo televisión.
sábado, febrero 19, 2011
305
Cosas que hacen que la vida valga la pena:
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