domingo, febrero 20, 2011

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Mazamitla resultó ser una excelente elección.
Respiré aire fresco por fin, aunque dejé el 75% de mis pulmones tras subir y bajar en esa zona montañosa.
Mi mamá fue feliz contemplando un galanazo guapetón que, según ella, era un William Levy mejorado.
Descubrí que las fotos no le hacen justicia a la belleza de la vegetación vista desde las alturas.
Subí, bajé, me estampé varias veces dentro de una camioneta todo terreno subiendo a los miradores, dormí en una cama no tan linda (el hotel definitivamente no era todo lo que contaban), hice viajes en camión más o menos largos... y de todos modos regresé francamente relajada.
Muy feliz fui.

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