sábado, julio 23, 2005

por fin

Hoy los inquilinos nefastos se van de casa, eso me hace feliz.
Explico, tengo dos casas que me regaló mi papá, en una vivimos mi mamá y yo y rentamos la otra; el caso es que los más recientes inquilinos resultaron una verdadera lata, siempre pagaron puntualmente la renta, pero se quejaban de cualquier cosa casi cada cinco minutos. La monada más reciente que se les ocurrió fue venir a preguntar si nosotras habíamos cerrado la llave de paso, porque no salía agua de la llave de la cocina; no pensaron que la llave se atrofió, tampoco buscaron alguien que arreglara el desperfecto, no, la razón más lógica que encontraron fue que un par de honorables mujeres cerraron el paso del agua desde otra casa con algún extraño mecanismo.
De verdad, no sé si reír, llorar o sentirme realizada porque alguien en el mundo cree que mi mamá y yo contamos con superpoderes y podemos controlar llaves de agua a distancia. Cuánta imaginación, deberían pulir su talento y dedicarse a escribir historias increíbles, les sería mucho más productivo.
En fin, justo ahora se están mudando; seguro allá estarán más tranquilos, lejos de mis superpoderes... y de este lado, yo también estaré más tranquila.

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