viernes, diciembre 14, 2007

media luna

En un capítulo más de mi retorno a las salas de cine, fui con Caro a ver Media luna (Niwemang) de Bahman Ghobadi. Íbamos con expectativas muy altas, lo anterior que habíamos visto de Ghobadi era Las tortugas pueden volar, que es una fregonería... y ahora, plop, todo iba bien hasta que sentimos que nos faltó película. Ya cuando una acción brinca y tiene que entrar algún personaje a explicar qué fue lo que pasó para que uno le entienda, me empieza a dar como alergia; y si hay más de tres explicaciones en una película, me altera, neta, me altera, me habla de una falta de dominio de lenguaje cinematográfico (aunque sea Ghobadi) y hago berrinche. Y eso ocurrió y no me hizo feliz.

Pero hay un momento, a media película, donde Mamo, el músico kurdo que viaja al Kurdistán Iraquí para dar un concierto tras 30 años de exilio, va en busca de Hesho, una voz privilegiada que vive confinada con más de mil mujeres. Cuando todas cantan, es mágico, he de confesar que me puse chinita. El video está en YouTube, pero no es igual de mágico que en la sala. Nada más por eso valieron la pena las casi dos horas.

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