viernes, diciembre 07, 2007

técnicas desesperadas para cerrar maletas

El otro viernes fue también día de mudanza de la perla tapatía a mi lugar de origen, tenía todo fríamente calculado, empecé a empacar desde el martes, pero, algo pasó... el viernes no cerraban las maletas. Dejé algunas cosas en casa de una amiga y... las maletas no cerraban. Así que hice uso de los conocimientos que adquirí en mis estancias en el hostal, recordé la cátedra que nos dio una finlandesa, "las maletas de regreso nunca cierran", decía, mientras se trepaba en las maletas y jalaba cierres (cuando no fue suficiente con ella, subimos a su maleta una inglesa y yo para ayudar); hice lo mismo y, a riesgo de perder mis dedos, logré cerrar las dos maletas. Sobra decir que al llegar a casa, en la tierra de la gente buena (quesque), abrí las maletas y una masa amorfa compuesta por libros, ropa, zapatos y dos que tres enseres domésticos, salió a presión.

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