lunes, enero 28, 2008

por la calzada de Emaús

Caminé sin saber bien a bien lo que iba a encontrar. Mientras bajaba los cientos de escalones vi que cada quién bajaba a su propio ritmo, unos cual si fuera carrera de velocidad, otros como si fuera una labor poquito menos que imposible, otros respirando tranquilos y platicando y disfrutando de la vista, una vista verde y hermosa para donde se dirigiera la mirada. Seguía bajando y el agua no se asomaba por ningún lado, pero aseguraba su existencia haciendo ruido... se oye y no se ve, qué loco. Y, en algún momento, las fuerzas parecían ser menos y el agua se seguía escuchando, pero seguía sin poderse ver. Y me pregunté si tenía sentido bajar, como idiota, tantos escalones y dejar media vida ahí por una cascada que nomás no se veía; pero no dejé de bajar. Y la recompensa fue tan grande que no cabe en descripción alguna, la palabra "belleza" se queda corta, "paz" también, incluso "plenitud". Y creí que valió la pena todo, el cansancio, las dudas, por llegar a ese lugar que le hace honor a su nombre: Puente de Dios, en la Huasteca Potosina. Ha sido, por mucho, una de las experiencias más intensas de mi vida. Y es, en este momento, una metáfora perfecta para explicarme la fe de algún modo.




Y todo esto tiene que ver con un par de crónicas que he leído varias veces en este día, las dos se refieren a las peregrinaciones a la Virgen de San Juan, pero tocan (y tocan fuerte) la experiencia personal de la fe; las dos, Tazy y Pillo se confiesan como no religiosas, pero su fe, que no viene de templos, sino de fuera (y que se expresa afuera) me movió, me cae que me movió.

"Hoy Dios me habló", dice Pillo (la que repartió agua a los peregrinos), "no se abrió el cielo, ni se escucharon querubines, fue algo más sutil, como ver durante 2 horas de carretera una procesión de gente multicolor caminando, portando una imagen tal vez sin significado para muchos, pero hoy comprendí que no es la imagen, es lo que representa para ellos esa imagen, confirmé que no necesito de una iglesia ni una sotana para oírle, le dije que yo también camino, mi propio camino de San Juan". Y Tazy (la que repartió naranjas), dice: "Cómo me gustaría tener la misma fe que ellos [los peregrinos]". Y agrega: "No les ofrezco mucha fe, pero sí buena voluntad. Ojalá eso sirva. Ojalá algún día vuelva a creer en todas esas cosas que ya no considero importantes".

Y a mí, cómo me gustaría ver obras de ese tamaño en los que juran(juramos) que son(somos) creyentes, cómo me gustaría escuchar/leer experiencias así de profundas entre los que hacemos polilla en los templos, cómo me gustaría que el Dios-amor que predicamos dejara de ser palabras y se viviera un poquito y que dejáramos de buscar a Dios en lo extraordinario y lo encontráramos en lo ordinario del día-a-día (que a veces es más extraordinario). La Iglesia Católica, me parece, no está respondiendo a las necesidades de la gente hoy; y hablo de la Iglesia como estructura y como complejo, porque en estricto sentido, la Iglesia somos todos. Muchas veces he tenido la impresión de que la jerarquía se marea en el poder y muchos grupos se marean en la rutina y, mientras tanto, la vida sigue girando. Y lo digo como alguien "de dentro", como la católica atípica que soy, la niña rechazada por las monjas de cierto colegio porque mis papás vivían en unión libre (aunque todas, o casi todas, las uniones son libres), la adolescente que se volvió no creyente (no creía en la Iglesia y tampoco en Dios), la joven que redescubrió un Dios-amigo en la misma religión de la que huía y dedicó ocho años de su vida a Pastoral Juvenil, la cuasi adulta contemporánea que conserva los usos y costumbres de media vida, de filtrar la fe en la razón y la razón en la fe (¿quién dijo que razón y fe tienen siempre que estar peleadas?). Lo digo y lo sostengo, cómo quisiéramos dentro una fe como la de fuera. Y estoy convencida de que está, dentro y fuera, y que igual que los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35), caminamos con Dios y a veces ni lo vemos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Dorix:
Gracias por la reflexión, hey, ¿Te late si un día que andes por Aguascalientes vamos a tomar un cafecín?
Saludos!

Anónimo dijo...

Hola Dorix:
Gracias por la reflexión, hey, ¿Te late si un día que andes por Aguascalientes vamos a tomar un cafecín?
Saludos!
Víctor

Tony Valderrama dijo...

Muy bonita reflexión. Recuérdame de regalarte un pequeño libro, llamado ¡Órale! que trata de esas pequeñas-grandes manifestaciones que Dios nos regala.

Esta es la liga con los últimos que escribí:
http://lists.topica.com/lists/orale

¡Saludos!

Tony =8-)

Dorix dijo...

Víctor: Escríbeme y nos ponemos de acuerdo.

Tony: Sí, me encantaría. Me asomaré pronto. Nos vemos el jueves.

エデシェル dijo...

hola ¡¡¡¡ oye, visitaste tamasopo? xilitla, aquismon? la sierra de san luis potosi es como para ir y no regresar :)

エデシェル dijo...

mi necesidad de ir de un lugar a otro radica en un refill de creencia talvez no en el dios de la biblia que aveces pareciera soberbio sino en la necesidad interna propia,en la necesidad de saber encontrar en los lugares más llenos de escalinatas ese punto que te regresa al lugar de donde somos todos... respirar lo que vemos, escuchar uno a uno los sonidos que la arrebatada vida cotidiana nos ha robado.... en buen punto es saber que lo que nos hace grandes no es lo que tenemos en las manos

Dorix dijo...

Sí, sí fui, pero desde el 2006 y muero de ganas por regresar.
Gracias por los comentarios.