lunes, enero 07, 2008

tiempo líquido

El tiempo pasa y mi percepción de él se desdibuja. No sé en qué momento ha pasado tanto tiempo. No sé por qué no me alcanza para todo lo que tengo que hacer, para lo que quiero hacer (que no suene a imposiciones, sino a convicciones). De pronto, veo que ya pasó la primera cuarta parte del primer mes de este bonito 2008... y que mis vacaciones se hacen cortitas, muy cortitas... y que la lista de pendientes se va haciendo más grande. ¿Propósitos? Naaaaa, yo ya no hago propósitos de año nuevo, lo que no quiere decir que nunca haga propósitos, los hago, sí, pero con otros tiempos, unos a corto cortísimo plazo, otros a muy largo plazo, pero nunca más los de año nuevo. A decir verdad, no he cumplido los últimos que hice, cuando tenía 14 años, entre ellos estaba aprender a tocar el piano; tengo 26 y no, no me he dignado a estudiar piano, pero ya lo haré un día, espero que antes que la artritis ataque mis dedos. En fin, que los días de la agenda llena que entonces, a los 14, veía lejanos, llegaron hace ya varios años: agenda llena de compromisos (a veces empalmados), de deadlines, de todo. Y entre esos renglones de agenda, atiborrados de todo, el tiempo se escurre y el espacio también.

2 comentarios:

paulinita dijo...

¡Ándale Zygmunt!

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Dorix dijo...

Pus nomás que no escribo (ni siquiera leo) polaco y no tengo su coco, pero sí, siguendo sus ondas de que todo es líquido... ja ja ja.