tengo mis dudas

Pues con la novedad de que el próximo año ya van a poder votar los mexicanos que viven en el extranjero, que enviarán su voto por correo en formatos especiales del IFE y que la gente de SEPOMEX ya se comprometió a mantener la secrecía. Muchos hablan de lo maravilloso que será, de que es un gran avance para nuestra bonita democracia, etcétera, etcétera.

Como sea, a mí no me acaba de hacer feliz esto, vaya, estoy de acuerdo con que todos somos ciudadanos mexicanos — vivamos aquí o en Tombuctú — y tenemos derechos, en este caso de votar para elegir a nuestros quesque representantes — que en la mayoría de los casos se olvidan de que lo son en cuanto anuncian su triunfo —; pero, el hecho de vivir en otro país los aleja un poco de la realidad que se vive en estas tierras… vaya, yo no sé cómo viven en Grecia, por ejemplo, porque vivo acá, y me pueden contar muchísimo, pero no estoy viviendo sus problemas y no sé qué convenga hacer para solucionarlos; de igual manera, los mexicanos que se han ido pueden no tener una idea tan clara de lo que resulte más conveniente para los que estamos acá; si hasta entre nosotros se da el caso de que no saben que pasa y votan por el más guapo o por el que da pan y circo o a cambio de una cobija o una despensa de la marea roja, el ave azul o cualquier otro operativo electorero turbio del color que sea.

Mmmm, ¿y quién me garantiza que no habrá de esos operativos turbios en el extranjero? En todos lados hay fuertes intereses, dudo que haya despensas voladoras, pero, ¿qué tal una green card para los mojados? Pero, ¿qué se les podrá dar a los mexicanos que viven en Europa?
En fin, dejé volar mi imaginación, pero en estos tiempos, uno nunca sabe.