Ojalá uno pudiera expulsar gente y situaciones con la misma facilidad que se decide qué ropa ya no debe ocupar espacio inútilmente. Ash, me salió del alma.
Como sea, hoy escuché a Frank, en la homilía, hablar de la felicidad. ¿Qué nos hace realmente felices? Y, en relación con eso, ¿qué cosas realmente necesitamos y de cuáles deberíamos deshacernos? Da para pensarlo el resto de la semana.
2 comentarios:
... a veces lo es.
Sip, recuerdo que mi papá tomaba como terapia la limpieza de cajones del escritorio... más de una vez rompió algo que no debía romper, ja ja ja.
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