Hoy me subí alegremente al camión ruta 40 para ir de mi casa al Cedazo, pero, sorpresa, lo tomé del lado equivocado y la ruta terminó ni más ni menos que frente a la 14va. zona militar, ahí donde da la vuelta el aire, donde todo es despoblado y ni banquetas hay. Total, tuve que bajar a asolearme y empolvarme un poco, mientras esperaba que llegara otro camión o algún taxi a rescatarme. Entonces descubrí cuanto extraño a mi hermoso Golfito azul.
3 comentarios:
Cuidate, hija.
Claro, claro; como siempre.
Con respeto a su anécdota de "el transporte equivocado", le recomiendo un relato de Cortázar que se intitula: "Lucas, sus compras", que puede encontrar en su libro "Un tal Lucas".
el hemíptero cronopio convencido de que la realidad imita a la literatura porque la una plagia a la primera y así, hasta llegar al capítulo 7 de Rayuela, y de regreso.
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