lunes, mayo 02, 2011

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Pensé mucho en la fragilidad de la vida, después de ver un herido (supongo que de un choque) tirado en el pavimento.

Aprendí que la sensible es la que se altera... sí, hablo de grados de la escala, quintas y armaduras; lo vi en la clase de solfeo.

Descubrí que debería abandonar cualquier rastro de maquillaje.

Desde esta tarde, tengo juguete nuevo.

Fui feliz en una mesa de lectura de poesía.

"Las palabras mueren cuando no las decimos a tiempo", dijo Esquer en esa mesa y me quedé pasmada.

En algún momento, fui presa de una sensación que no logro describir y me viajé. Fue en ese lugar donde todo comenzó, hace 27 días. Sobra decir que hasta me caigo mal cuando lo pienso.

2 comentarios:

Miguel Vivas dijo...

me apunto esa pedazo de frase amiga, pal cajón... Besos y mordiscos.

Dorix dijo...

Acá está el poema completo, Miguel: http://lja.mx/guardagujas/?p=430

Creo que te gustará.