sábado, septiembre 10, 2011

102

No tengo hijos. Lo más cercano a eso es mi gata Justina y, aunque suele exigir carne y croquetas a altas horas de la madrugada, sabe cuidarse sola. En resumen, nunca había sentido la obligación de cuidar de alguien, pero de pronto, he tenido que hacerlo. Mi mamá, quizá la mujer más independiente que conozco, debe tener inmovilizada una rodilla por casi dos semanas. Precisamente por eso es complicado, está tan acostumbrada a hacer su vida sola, que depender de alguien no es su sueño de la vida y tampoco algo que le resulte fácil de aceptar. De este lado, aunque no me pesa reorganizar mi vida en torno a ella, estoy apanicada por una responsabilidad que ha caído de golpe.

No hay comentarios.: