viernes, octubre 21, 2011

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Tres episodios de un día tantito extraño... casi tanto como todos los demás.


Cómo hacer el oso, episodio número 1000
Mi jefa y yo osamos entrar accidentalmente a una conferencia sobre... ¿hidráulica? Tras discutir en secreto si nos habíamos equivocado o si había algún retraso en el programa, me viajé. Recuerdo haber escuchado cuan terrible es que se hagan construcciones una y otra vez sobre cauces de ríos, que una y otra vez arrasan con todo a su paso. Recuerdo que lo siguiente que escuché fue el celular de mi jefa y entonces me desperté y estremecí y mi propio celular, que reposaba entre mis manitas, voló con rumbo desconocido. Segundos después, el conferencista decía que la primera ley de la hidráulica es que el agua es canija y descubre a los pendejos (en realidad dijo "tontejos", ash), mientras yo gateaba entre las butacas en busca de mi pobre cel.


La mejor conversación de la noche
— Lo nuestro es platónico...
— ¿Lo nuestro? Querrás decir lo tuyo...
— Si lo mío contigo es platónico, ¿lo tuyo conmigo qué es?
— No existe...


El fin del mundo nomás no empieza
Tras haberse cebado una noche de chelas y haber comenzado una noche de ñoñez (sí, otra), me he enterado de que alguien había programado el fin del mundo (ése que no llegó el 21 de mayo) para hoy. Que alguien me avise si ocurrirá, para abandonar las lecturas y reportes y los avances de tesis e irme a disfrutar lo que queda.

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