
He aquí el perrito fugitivo que rescatamos ayer en la universidad. Ahora está en un albergue, aunque, si por mí fuera, me habría quedado con él, sus ojitos son tan lindos; sin embargo, no hay espacio suficiente en mi casa para otro animalito y tampoco se trata de promover el hacinamiento. Ojalá que alguien lo adopte pronto.
En fin, odio que la gente abandone a los animales cuando dejan de ser cachorritos y dejan de ser la novedad. Odio que los maltraten. Celebro las iniciativas que promueven el rescate y la adopción de perros y gatos. Como nosotros, ellos merecen ser respetados, amados y valorados.
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