jueves, julio 28, 2011

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La belleza está donde uno menos la espera. Acompañé a mi amigo Ricardo a ver De hombres y de dioses, aunque yo no tenía referencias de la película. Por si algo faltara, llegué tarde (ya se me está haciendo costumbre, ash). Lo que encontré fue una obra de una belleza extraordinaria, en todos los sentidos. No abundan las historias cuya narrativa hace que uno se sienta dentro y se vea cuestionado de tal modo. Quizá por eso nos fascinó. Quizá porque muestra una tragedia de un modo elegante, sencillo, nada escandaloso. El final (que, por supuesto, no voy a contar) es tan bello como estremecedor por su simpleza. Ahora soy fan de la película, de su director Xavier Beauvois y de Luc, el personaje de monje médico viejito simpático hiperinteligente que hace Michael Londsale... me encantaría poder decir lo que él: "No tengo miedo de la muerte. Soy un hombre libre".

2 comentarios:

mauricio dijo...

He leído cosas muy buenas de esa película y por supuesto, tengo hartas ganas de verla... si es que algún día alguien me invita al cine y la encontramos por casualidad que al parecer es el método más efectivo de encontrarla.

Dorix dijo...

Con gusto te invitaría, de no ser porque De hombres y de dioses ya no está en cartelera y porque estás muy lejos, bububu.