Me quedé dormida mientras leía a Murakami... no a las 4 de la mañana, sino a las 4 de la tarde (sospecho que quien me prestó el libro no me lo perdonará jamás). Como sea, experimento una extraña sensación de relax estos días. Las dos semanas de vacaciones que tuve, las utilicé para resolver pendientes; pero me hice el propósito de leer diario... vaya, leo bastante diario, pero el propósito fue retornar a la literatura. Muy feliz soy, aunque termine dormida, a la mitad del capítulo 7 de
1Q84.
2 comentarios:
Qué envidia... Quién hablase de relax... Besos y mordiscos.
Lo malo es que el relax es momentáneo, amigo. Un abrazo desde este lado de la pantalla.
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