lunes, agosto 22, 2011

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Amo a mis alumnitos, unos días más y otros días menos, pero los amo. Lo que no me hace feliz es recordar, justo al cerrar la puerta de casa, que olvidé el borrador, los gises, los kleenex, las plumas y, por supuesto, las llaves. ¡Aplausos para mis niveles de distracción! Dicen que la gente distraída es feliz, ha de ser cierto.

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