viernes, agosto 12, 2011

131

Todo se ve tan distinto después de dormir. El asunto es que mi cuerpecillo ya no está acostumbrado. Estaba tan cansada, que me acosté a las 10 de la noche; pero la inercia me hizo despertar antes de las 3 de la mañana y estuve a punto de irme a bañar. Por suerte, el reloj me sacó de mi error y me obligó a volver a dormir. Como sea, hoy no fui una pasajera neurótica y tampoco una cuasi-becaria abrumada. Tras la tormenta (la simbólica, que la literal también existió y causó estragos en Guadalajara), salió el sol, se secó la lluvia y Witzy Witzy araña otra vez subió. No importa que todos nos preguntemos si volveremos a dormir alguna vez en los próximos cuatro años, tampoco importa que haya regresado a casa en un estado deplorable. Lo que importa es que decidí libremente lanzarme de una tirolesa (simbólica también, aunque ya me he lanzado de una tirolesa de verdad) contra toda incertidumbre, lo cual es una locura; importa que al menos otros ocho están igual de locos que yo y son mis compañeros de aventuras; importa que me siento de regreso a casa.

No hay comentarios.: